
Comprender los asentamientos en la civilización 7
En Civilization 7, el enfoque de los asentamientos marca un cambio con respecto a las entregas anteriores. Los jugadores se enfrentan a una experiencia de juego más realista, que comienza con el establecimiento de pueblos en lugar de construir ciudades directamente. Este cambio significa un cambio estratégico, ya que los pueblos requieren una gestión significativamente menor en comparación con las ciudades. En lugar de seleccionar opciones de producción, los pueblos convierten automáticamente sus recursos en oro, lo que proporciona una moneda flexible que se puede utilizar en todo el imperio.
Cómo funcionan las ciudades en la civilización 7


Las ciudades sirven como puestos estratégicos que permiten a los jugadores conseguir recursos vitales rápidamente sin incurrir en costes excesivos. Su mecánica única permite a los jugadores gestionar la producción de forma eficiente, convirtiendo la producción directamente en oro, que luego puede invertirse en el imperio. Al maximizar la productividad de una ciudad, los jugadores pueden aumentar significativamente el oro disponible.
A medida que las ciudades se desarrollan, pueden adoptar especializaciones específicas. Cada especialización proporciona beneficios distintos, lo que permite a los jugadores optimizar la gestión de sus recursos. Sin embargo, la selección de un enfoque detendrá el crecimiento de la ciudad y transferirá todos los alimentos producidos a los asentamientos adyacentes. Una vez que se elige una especialización, no se puede modificar hasta que se complete la era actual, aunque los jugadores pueden volver a un enfoque de crecimiento para aumentar su población y productividad.
Cuándo hacer la transición de un pueblo a una ciudad en la civilización 7


La principal distinción entre un pueblo y una ciudad radica en sus capacidades y los tipos de edificios disponibles. Las ciudades permiten a los jugadores mejorar diversos recursos, como la ciencia, la cultura y la diplomacia, mediante edificios y distritos especializados. Los pueblos, en cambio, carecen de esta flexibilidad y capacidad de gestión de recursos.
La Civilopedia recomienda mantener una proporción equilibrada de 1:1 entre pueblos y ciudades para garantizar una economía sostenible. Antes de considerar la posibilidad de convertir un pueblo en ciudad, los jugadores deben evaluar varios factores clave:
- Flujo de efectivo: asegúrate de mantener una cantidad adecuada de ciudades para sustentar tu actividad económica. Perder oro demasiado pronto puede provocar reveses importantes, en particular porque aumentar el límite de asentamientos es difícil y convertir una ciudad en un pueblo no es una opción.
- Población y producción: priorice las ciudades con una gran población para convertirlas en ciudades. Una mayor capacidad de producción promoverá el crecimiento y mejorará la disponibilidad de recursos, lo que hará que las mejoras tempranas sean generalmente menos beneficiosas.
- Mejoras: intenta adquirir todos los edificios posibles para la ciudad antes de mejorarla. Los recursos adicionales y las bonificaciones por adyacencia pueden influir significativamente en el crecimiento a largo plazo.
- Impacto en el crecimiento: tenga en cuenta que las ciudades que se centren en este sector exportarán todos los alimentos a los asentamientos conectados, lo que frenará su crecimiento. La transformación en ciudad podría reducir la disponibilidad de alimentos, lo que impediría el desarrollo de la población.
En definitiva, la mejora de una ciudad a una ciudad requiere una cuidadosa consideración en función de las necesidades y los recursos actuales de tu imperio. Si te encuentras con un exceso de oro y poco en lo que invertir, puede ser un momento oportuno para expandirte y desarrollar nuevos edificios o maravillas para mejorar tus condiciones de victoria. Por el contrario, convertir ciudades ricas en recursos en ciudades sin una planificación cuidadosa puede ser menos ventajoso.
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