
La expectación que rodea a The Witcher 4 ha hecho que los fans especulen con entusiasmo sobre el extenso mapa del juego, que recuerda a su precursor, The Witcher 3: Wild Hunt. La inmensidad de El Continente ofrece infinitas oportunidades de exploración, ya sea a través de nostálgicas visitas a lugares como Velen y Novigrado o la introducción de reinos completamente nuevos. Un mapa grande e interactivo similar al de su predecesor es esencial para The Witcher 4, que sorteó con éxito el problema común de que los juegos de mundo abierto se sientan desolados al incorporar un entorno rico en civilizaciones lleno de monstruos amenazantes.
Características del mapa de Wild Hunt: densidad sobre tamaño





Los juegos de mundo abierto suelen tener problemas para mantener la interacción debido a la sensación de vacío; sin embargo, The Witcher 3 evitó hábilmente este problema al integrar una gran cantidad de asentamientos menores y mayores en su extenso mapa. Cada ubicación generalmente implicaba alguna interacción o necesidad de misiones por parte del protagonista, Geralt. Incluso las regiones más aisladas, donde la presencia humana era escasa, conservaban una vitalidad inquietante de monstruos acechantes. En particular, amenazas como el leshy acechaban activamente a los jugadores en estas áreas desoladas, dispersando la tensión por todo el paisaje.
Sin embargo, el entorno único de Skellige reveló algunas deficiencias en esta filosofía de diseño. Mientras que las islas más grandes albergaban misiones vibrantes y áreas pobladas, las numerosas islas más pequeñas y los tramos de agua abierta a menudo parecían carentes de actividades interesantes. Los jugadores se encontraron con frecuencia con un patrón de tedio leve mientras buscaban tesoros de poco valor o se enfrentaban al ocasional enemigo acuático. En consecuencia, muchos encontraron la exploración de Skellige menos satisfactoria que la de áreas más pobladas como Novigrad o Toussaint.
Para The Witcher 4, es fundamental no reproducir los elementos monótonos de Skellige. Si la región vuelve, los desarrolladores deberían limitar su alcance o mejorar la interactividad de las aguas abiertas para brindar una experiencia más atractiva.
Explorando nuevas posibilidades en The Witcher 4





En un escenario ideal, The Witcher 4 debería contar con un mapa bien poblado que armonizara con el estilo de su predecesor, ofreciendo una rica mezcla de pequeñas aldeas, ciudades bulliciosas y extensas áreas silvestres donde pueden prosperar criaturas formidables. Las aventuras de Ciri podrían entrelazar ingeniosamente lugares pasados explorados en Wild Hunt, como una nostálgica visita a Toussaint para reencontrarse con un Geralt retirado en su viñedo. Sin embargo, hay nuevos territorios que esperan ser explorados, en particular dada la habilidad única de Ciri para atravesar diferentes reinos.
Todavía existen muchas regiones inexploradas en El Continente que podrían enriquecer la experiencia de juego. La antigua patria de Ciri, Cintra, ahora bajo control nilfgaardiano, proporciona un elemento narrativo conmovedor para su regreso. Además, los jugadores podrían aventurarse en las áreas en gran parte desconocidas del Gran Mar, el Desierto de Korath, partes de Kaedwen, Redania y la intacta Lyria. Curiosamente, a pesar de que Geralt es identificado como «de Rivia», los juegos no han explorado por completo su tierra natal, lo que presenta una oportunidad emocionante en The Witcher 4.
En definitiva, adoptar los principios de diseño de Wild Hunt será de gran utilidad para The Witcher 4. Un mapa grande cuidadosamente estructurado que incorpore zonas diversas (como las de Velen, Novigrad y Skellige) y que evite los inconvenientes de los espacios abiertos mejorará la experiencia de exploración. A pesar de la década que ha pasado desde el lanzamiento del primer juego, su enfoque sigue resonando y debería inspirar el diseño de mapas futuros para el viaje de Ciri y para los jugadores.
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