
En el competitivo mundo de la vela, el trabajo en equipo eficaz es crucial para el éxito, pero la actuación de Lara Rigby en la temporada 3 de Below Deck Down Under plantea dudas sobre su idoneidad para el puesto de mayordomo jefe. Desde cotillear sobre sus colegas hasta imponer expectativas poco realistas, sus acciones parecen erosionar la cohesión de la tripulación, lo que hace que sea más difícil desenvolverse en el entorno de alta presión a bordo.
La falta de camaradería de Lara es particularmente evidente en su tendencia a hablar negativamente de sus compañeros, su incansable búsqueda de la perfección y su inestabilidad emocional en situaciones estresantes. En lugar de fomentar un ambiente de trabajo que la apoye, su comportamiento tiende a aislarla de sus compañeros de equipo, fomentando una cultura de crítica que podría conducir a problemas más profundos a medida que avanza la temporada. Dadas estas preocupaciones, es razonable cuestionar la aptitud de Lara para un puesto de liderazgo tan exigente.
El comienzo hostil de Lara con la chef Tzarina
La tensión entre Lara y la Zarina alimenta una atmósfera tóxica





Desde el comienzo de la temporada 3, Lara mostró una falta de interés en cultivar una relación de trabajo positiva con la chef Tzarina Mace-Ralph. En uno de sus segmentos de confesión, se refirió despectivamente a Tzarina como «Barbie rara», un comentario que inmediatamente señaló una dinámica conflictiva entre las dos. En lugar de fomentar la camaradería, tales comentarios mostraron la tendencia de Lara a juzgar apresuradamente y su falta de voluntad para fomentar un espíritu de trabajo en equipo.
Este tipo de comentarios despectivos no solo socavan el papel de Tzarina, sino que también sientan un preocupante ejemplo para el resto de la tripulación. En la industria de los yates, donde la presión es máxima, gestionar el estrés y mantener relaciones sólidas es fundamental, cualquier indicio de discordia puede generar un drama innecesario y una ineficiencia. Al hacer un comentario tan poco profesional al principio de la temporada, Lara se arriesgó a distanciarse de un miembro esencial del equipo y a establecer una trayectoria negativa para su temporada de alquiler.
La tensión no se detuvo allí; durante un acalorado intercambio, Lara acusó a Tzarina de desorganización, lo que provocó una dura réplica de Tzarina, que mostró su frustración con el estilo de liderazgo de Lara. Esta confrontación ilustró la creciente fricción entre los jefes de departamento y puso de relieve la renuencia de Lara a entablar un diálogo adecuado.
Estas disputas públicas constituyen una dinámica perjudicial que puede permear a toda la tripulación y crear una atmósfera tóxica. La gravedad de la situación impulsó al capitán Jason Chambers a intervenir como mediador, lo que indica las profundas implicaciones de la incapacidad de Lara para mantener una relación profesional con Tzarina. Esta discordia no solo afecta la productividad de sus respectivos departamentos, sino que también amenaza el éxito general del chárter.
La búsqueda de la perfección de Lara
Un estilo de gestión que no concuerda con la moral del equipo

La mentalidad perfeccionista de Lara se hace patente en su gestión del equipo de interiores, donde a menudo antepone la calidad del servicio al fomento del espíritu de equipo. Tiene tendencia a dar directivas estrictas centrándose en los detalles meticulosos, desde mantener los camarotes inmaculados hasta garantizar que los cubiertos estén pulidos y la cristalería reluciente. Si bien esforzarse por alcanzar altos estándares es vital en el sector de los yates, sus expectativas inflexibles dejan poco margen para los errores, lo que genera una mayor ansiedad entre los miembros de su equipo.
Este enfoque rígido es perjudicial no solo para la moral, sino también para el funcionamiento general de la tripulación. En lugar de motivar a su equipo para que triunfe, la disposición crítica de Lara puede fomentar sentimientos de microgestión y devaluación. El verdadero liderazgo requiere un equilibrio entre disciplina y apoyo, de forma muy similar a cómo el capitán Jason opera el barco. Desafortunadamente, la incesante exigencia de perfección de Lara parece estar empujando a su tripulación hacia sus límites, en lugar de inspirar la excelencia.
Su estilo de gestión ya ha provocado discordias visibles entre la tripulación. En el tráiler de la temporada, las severas órdenes de Lara a sus ayudantes, Brianna Duffield y Marina Marcondes de Barros, resaltan su insistencia en alcanzar la perfección, insinuando que sus estándares implacables podrían conducir a más conflictos e ineficiencias operativas dentro del equipo interno.
La lucha de Lara contra el estrés
Preocupaciones sobre su liderazgo bajo presión

Más allá de sus desafíos privados, los niveles de estrés de Lara son visibles en sus interacciones con la tripulación, donde a menudo se muestra tensa en lugar de serena y proactiva. En lugar de enfrentar los conflictos directamente, tiende a internalizar sus frustraciones, lo que podría llevarla a crisis emocionales o a desvincularse de sus responsabilidades. Si Lara continúa luchando bajo presión, podría disminuir no solo su productividad, sino también la efectividad de todo el equipo, poniendo en riesgo la satisfacción de los huéspedes.
Hasta ahora, el comportamiento de Lara en la temporada 3 de Below Deck Down Under indica una falta de alineación con el espíritu de colaboración esencial en la industria de los yates. Su menosprecio por los colegas, sus expectativas inflexibles y su inestabilidad emocional sugieren que puede que no sea la líder cooperativa que la tripulación necesita. Por el bien de la unidad del equipo y el éxito operativo, puede ser imperativo que el capitán Jason reevalúe el papel de Lara dentro del equipo.
Below Deck Down Under se transmite los lunes a las 8 pm EST en Bravo.
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