
La rápida integración de la inteligencia artificial (IA) en diversos sectores impulsa debates esenciales sobre transparencia, estándares éticos y límites establecidos. Es improbable que este auge en la adopción de la IA disminuya pronto. Recientemente, un anuncio de Vogue generado con IA ha generado una gran controversia, poniendo de relieve la creciente fricción entre la innovación y la apropiación en el panorama digital, a la vez que refleja el papel cambiante de la tecnología en las iniciativas creativas.
El anuncio de inteligencia artificial de Vogue enfrenta críticas: una conversación más profunda sobre la creatividad humana
En su número de agosto de 2025, Vogue incluyó un anuncio de Guess generado íntegramente por IA, lo que provocó, sin querer, una oleada de críticas en torno a la campaña (fuente: TechCrunch ).Este incidente ha generado debates que van mucho más allá de un simple anuncio, planteando preguntas cruciales sobre la difusa línea entre inspiración y explotación en los sectores creativos. El revuelo, que cobró fuerza en redes sociales, se centra en la representación de una modelo generada íntegramente por IA y creada por la agencia Seraphinne Vallora. Esta figura digital no existe en la realidad y se muestra recorriendo una ciudad imaginaria con un atuendo diseñado digitalmente.
Aunque el anuncio de Guess contenía una sutil advertencia en letra pequeña que indicaba que había sido «Producido por Seraphinne Vallora con IA», muchos lectores pasaron por alto este detalle, asumiendo que la modelo era real. Tras un análisis exhaustivo, Vogue afirmó que el anuncio era, en efecto, una promoción pagada y no formaba parte de su contenido editorial. Sin embargo, los críticos argumentan que esta situación apunta a un problema más profundo sobre las implicaciones y la prevalencia de este tipo de campañas.
Tradicionalmente, Vogue ha ocupado un prestigioso puesto como guardián cultural en el mundo de la moda, sirviendo como plataforma para que diseñadores, modelos y fotógrafos exhiban su talento. El uso de IA, sumado a la falta de divulgación, representa una desviación significativa del compromiso histórico de la revista de mostrar la creatividad humana en la moda. Para la comunidad en general, esta transición es compleja; la intrusión de la IA está afectando a numerosos campos, incluida la moda, y generando inquietudes sobre la expresión personal, la estética, la ética y la narrativa inherente al arte.
Al considerar las implicaciones más amplias, la reciente decisión de Vogue podría poner en peligro la representación imaginativa, amenazando con diluir la cultura que pretende reflejar. Esta controversia trasciende las meras discusiones sobre moda y simboliza una coyuntura crítica para las instituciones de moda consolidadas, que podrían verse obsoletas si no logran evolucionar con estos avances tecnológicos.
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