Aumento de precio de Game Pass por parte de Microsoft: ¿Una jugada estratégica o un paso en falso?
El 1 de octubre, Microsoft sorprendió a los suscriptores de Game Pass con un drástico aumento del 50% en el precio de su plan Ultimate, elevándolo de 19, 99 $ a 29, 99 $ al mes. Este significativo incremento provocó una oleada de cancelaciones entre los usuarios. Pero ¿se equivocó realmente Microsoft con esta decisión?
Joost van Dreunen, analista de videojuegos con amplia experiencia y fundador de SuperData Research, aportó valiosas ideas en el último número de su boletín informativo SuperJoost Playlist. Ofrece una visión más detallada de la situación.
Comprender el aumento de precios: una cuestión de percepción
Según van Dreunen, la opinión de un exempleado de Xbox describe la situación como de mala imagen. Si bien el aumento de precio podría alarmar a los consumidores, el analista sugiere que Game Pass operaba bajo un modelo similar al de las aerolíneas, pero a la inversa. Normalmente, en la industria aérea, los pasajeros de primera clase subsidian a los de clase económica. Sin embargo, Game Pass ofrecía un servicio de primera clase a precio de clase económica, lo que dificultaba que los accionistas mantuvieran márgenes de beneficio viables.
Durante años, Microsoft buscó agresivamente el crecimiento de usuarios sin considerar la sostenibilidad financiera. Esta estrategia derivó en un modelo de bajos márgenes donde los usuarios intensivos consumían recursos en gran medida sin generar los ingresos correspondientes.
La estrategia del juego popular: Resultados mixtos
Microsoft buscó aumentar las suscripciones incorporando juegos de gran éxito al servicio, como el lanzamiento el año pasado de Call of Duty: Black Ops 6, que generó un aumento significativo en las altas semanales. Sin embargo, los datos de la consultora Antenna indican una tendencia a la baja en los nuevos suscriptores tras el repunte inicial, como se muestra en el gráfico adjunto.

Reestructuración para la rentabilidad
Al reconocer la dificultad de atraer el número de suscriptores previsto, Microsoft optó por reestructurar Game Pass para garantizar su sostenibilidad. El nuevo modelo por niveles —compuesto por Essential, Premium y Ultimate— busca ajustar mejor los precios al uso.
Van Dreunen plantea que este enfoque segmentado podría representar una ventaja estratégica para Microsoft, permitiéndole aprender de las deficiencias de plataformas como Stadia. Si este cambio de priorizar el crecimiento de usuarios a centrarse en la rentabilidad resulta exitoso, podría allanar el camino para el futuro de las suscripciones de videojuegos, posicionándolas para competir seriamente con los servicios de entretenimiento tradicionales.
El impacto más amplio de la estrategia de Microsoft
En una declaración reciente, el CEO de Microsoft, Satya Nadella, señaló que la adquisición de Activision Blizzard ha elevado a la compañía al grupo de las mayores editoras de videojuegos. Hizo hincapié en una estrategia multiplataforma, similar a la disponibilidad universal de las aplicaciones de Office, pero no abordó directamente la iniciativa Game Pass, que anteriormente describió como una aspiración a crear una experiencia de juego similar a la de Netflix.
Sin embargo, los videojuegos difieren fundamentalmente del consumo de series, películas o música. Muchos jugadores tienden a centrarse en un solo título importante a la vez, lo que puede hacer que una amplia biblioteca de juegos resulte menos atractiva. Los próximos meses serán cruciales para determinar si la nueva estrategia de Microsoft puede ofrecer un modelo sostenible para Game Pass.
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