
Durante la administración Trump, las decisiones de inversión de TSMC en Estados Unidos fueron en gran medida reactivas, impulsadas por el deseo de evitar aranceles significativos en lugar de surgir de una planificación estratégica.
La inversión de TSMC: una respuesta a las presiones arancelarias
Como fabricante líder mundial de semiconductores, TSMC se enfrenta a crecientes desafíos en medio de las continuas tensiones geopolíticas y la evolución del mercado de chips. A pesar de mantener una posición dominante en la industria, TSMC se vio presionada por la administración Trump, que amenazó a la compañía con aranceles punitivos de hasta el 100 % a menos que se comprometiera a invertir en instalaciones estadounidenses. El presidente Trump resaltó públicamente esta postura durante una cena del Comité Nacional Republicano del Congreso, reafirmando la firme postura de la administración respecto a las inversiones nacionales.
TSMC, no les di dinero; es una gran empresa, la más poderosa del mundo. La mayor empresa de chips del mundo. Están gastando 200 mil millones de dólares en Arizona para construir una de las plantas más grandes del mundo. Y eso sin dinero. Solo les dije: si no construyen su planta aquí, pagarán un impuesto muy alto: del 25%, quizás del 50%, quizás del 75%, quizás del 100%.
– Trump
En respuesta a esta presión, TSMC se comprometió a una inversión sustancial de 100 000 millones de dólares, que allanará el camino para el establecimiento de cuatro nuevas instalaciones en Arizona, junto con un centro de envasado e investigación y desarrollo de vanguardia. Públicamente, esta medida se describió como una iniciativa estratégica destinada a diversificar la cadena de suministro y fortalecer los vínculos con el mercado estadounidense. Sin embargo, nuevos hallazgos sugieren que las motivaciones de TSMC se basaron menos en un entusiasmo genuino y más en el cumplimiento de las exigencias del gobierno estadounidense, ya que existen acusaciones de robo de tecnología por parte de empresas estadounidenses.

Si bien la expansión de TSMC en Estados Unidos puede ofrecer ciertas ventajas, presenta desafíos complejos para la cadena de suministro de semiconductores. El principal de estos desafíos es el complejo proceso necesario para llevar tecnología de vanguardia a las instalaciones estadounidenses. TSMC aspira a aumentar la producción a un nodo de proceso de 1, 6 nm para finales de esta década, lo que indica objetivos ambiciosos para el sector de semiconductores estadounidense. Sin embargo, los orígenes de esta inversión están teñidos de coerción más que de previsión estratégica.
La visión general de Trump para reestructurar la cadena de suministro estadounidense se alinea con algunos principios económicamente sólidos; sin embargo, sus métodos han sido calificados por los críticos de «drásticos» y perjudiciales para los intereses comerciales. A pesar de la cooperación de TSMC, las recientes medidas arancelarias impuestas a Taiwán indican que el gobierno estadounidense sigue siendo impredecible, lo que complica aún más las relaciones, aunque las importaciones de chips están actualmente exentas de estos aranceles.
Deja una respuesta