Beber refrescos sabe bien y es divertido. Sin embargo, es posible que le estén dañando los dientes. Por lo general, beber refrescos no resulta perjudicial para muchos de nosotros. Son fríos, dulces y bastante reconfortantes, especialmente cuando hace calor.
Pero como dice el refrán, las apariencias engañan, y en el caso de los refrescos esto resulta ser significativamente cierto.
Impacto de beber refrescos en nuestros dientes
El daño que el consumo de refrescos causa a nuestros dientes se divide en dos áreas críticas: la erosión del esmalte y la formación de caries.
Erosión del esmalte
Cada vez que tomas un sorbo de refresco, algo sucede en tu boca sin que te des cuenta. El dulce de tu bebida gaseosa mezclado con los gérmenes de tu boca produce una especie de ácido. Este ácido va directo a tus dientes.
Este ácido debilita la capa dura o el esmalte de los dientes, lo que facilita su descomposición. El centro de salud dice que incluso los refrescos sin azúcar pueden dañar el esmalte. El ácido debilita el esmalte y hace que sea más probable que se dañe.
formación de cavidades
Desgraciadamente, la degradación del esmalte es sólo la punta del iceberg. El ácido formado puede penetrar el esmalte y llegar a la capa de dentina que se encuentra debajo. A medida que la dentina queda expuesta, aumentan las posibilidades de formación de caries , especialmente para los bebedores habituales de refrescos. Además, si tiene empastes compuestos, estos tampoco son seguros: el refresco también podría erosionarlos.
Consejos para minimizar el daño
Si te apetece beber refrescos de vez en cuando, ¡no entres en pánico! Hay formas de disfrutar su bebida mientras minimiza el daño a sus dientes.
1) Usa una pajita
Tomar sorbos de refresco con una pajita puede mantener gran parte del azúcar y el ácido fuera de los dientes.
2) Limitar el consumo
Limitar el consumo de refrescos a ocasiones especiales o una vez al día puede reducir el daño.
3) Bebe rápido
Si te terminas el refresco rápido, tendrás menos tiempo para dañar tus dientes.
4) Enjuague y haga una pausa
Después de tomar tu refresco, lávate la boca con agua para eliminar ácidos y azúcares . No te cepilles inmediatamente ya que el ácido podría debilitar el esmalte.
5) Visitas periódicas al dentista
Los exámenes dentales periódicos pueden ayudar a detectar posibles problemas antes.
6) Nada de refrescos nocturnos
Tomar refrescos antes de dormir permite que el ácido y el azúcar dañen tus dientes durante la noche, causando daño.
7) Mejores opciones
Elija bebidas como agua o agua con gas que no sean tan malas para los dientes.
Dejar de tomar refrescos puede ser difícil para algunas personas, pero a la larga es excelente para los dientes. Eso no significa que debas dejar de beberlo por completo. Disfrutarlo de vez en cuando, además de cuidar tus dientes, puede ayudar a mantener tu sonrisa brillante.
Deberíamos empezar a pensar en lo que comemos y bebemos. Es mejor elegir una bebida más saludable, ya que los refrescos pueden dañar los dientes. Los dientes son insustituibles y es mejor cuidarlos bien. Siempre consulte a un médico si los refrescos dañan sus dientes. Pueden revisarle los dientes y darle consejos. Pueden ayudarle a solucionar cualquier problema e informarle sobre los cambios que puede realizar para evitar más problemas en el futuro.
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