Dragon Age: The Veilguard ejemplifica la tradición de BioWare de entrelazar las decisiones de los jugadores con intensas consecuencias narrativas. En sus dos series emblemáticas, Mass Effect y Dragon Age, las decisiones de los jugadores influyen significativamente en el desarrollo de la historia y el destino de los personajes. En la última entrega, Dragon Age: The Veilguard , esta estructura persiste, con numerosos compañeros que enfrentan sus destinos moldeados por las acciones del jugador a lo largo del juego. Sin embargo, hay argumentos que sugieren que el destino de un personaje en particular justifica un tratamiento narrativo diferente, uno en el que la elección por sí sola no dicte el resultado.
Las narrativas de los juegos recientes obligan a los jugadores a lidiar con las repercusiones de sus decisiones, pero en este caso, la trama parece desconectada de la tradición establecida del universo de Dragon Age. Si bien los títulos anteriores de BioWare han permitido que las decisiones de los jugadores resulten en la muerte de personajes clave, muchos jugadores parecen estar de acuerdo en que Veilguard no logra manejar de manera efectiva estos momentos narrativos significativos, particularmente en cómo impactan los viajes de ciertos compañeros.
Advertencia: contiene spoilers de Dragon Age: The Veilguard
La importancia del líder de la distracción en la Isla de los Dioses
La misión principal, “La Isla de los Dioses”, es un punto de inflexión fundamental en Dragon Age: The Veilguard . Una vez que los jugadores se embarcan en esta misión, las apuestas alcanzan nuevas alturas, lo que lleva a situaciones peligrosas en las que los compañeros podrían enfrentar una muerte permanente debido a las decisiones del jugador. Si bien ciertas muertes de personajes siguen siendo evitables, las decisiones clave tomadas durante esta misión pueden conducir a varios resultados, incluido el secuestro o incluso la muerte de los compañeros.
Una decisión crítica implica determinar quién liderará la distracción durante la misión de la Isla de los Dioses, una elección que impone consecuencias significativas. Los jugadores deben elegir entre Harding y Davrin, y aunque las repercusiones inmediatas pueden no estar claras, el resultado de esta decisión se vuelve dolorosamente evidente al concluir la misión. Sin embargo, en retrospectiva, el manejo de estas muertes potenciales parece desequilibrado, particularmente en lo que respecta a Davrin, cuyo destino, se podría argumentar, debería haberse resuelto antes en el juego.
El problema con el destino de Davrin como guarda gris
Para dar contexto, la tradición de Dragon Age dicta que solo los guardas grises poseen la capacidad de matar a un archidemonio, a menudo a costa de sus vidas. Por el contrario, en Veilguard , Davrin puede derrotar al archidemonio de Ghilan’nain, Razikale, sin sacrificarse. Esta desviación de la tradición establecida disminuye tanto la importancia de la supervivencia de Davrin como la tensión que rodea su posible desaparición posterior; los jugadores ya habían sido inducidos a esperar posibles desenlaces de muerte relacionados con su arco de personaje.
La elección entre Harding y Davrin parece torpe
Dado el marco establecido de la narrativa, la elección entre Harding y Davrin parece casi predeterminada si los jugadores se atienen a la tradición de la serie. El juego no explica cómo sobrevive Davrin a un encuentro con el Archidemonio, mientras que la historia de Harding proporciona información esencial sobre los orígenes de la Ruina. En consecuencia, el destino final de Davrin, idealmente, no debería depender de la elección del jugador, ya que su muerte habría completado efectivamente su viaje como guarda gris. Esta decisión es aún más complicada para los jugadores que tienen vínculos románticos con Harding o Davrin, o para aquellos que desean ver sobrevivir al leal grifo de Davrin, Assan.
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