
Aunque la secuela, The Accountant 2, puede que no haya sido una necesidad cinematográfica, ofrece una intrigante narrativa de viaje por carretera que resulta inesperadamente atractiva. Esta continuación de la película original nos vuelve a presentar a Chris Wolff, interpretado por Ben Affleck. Wolff, que posee una increíble destreza matemática combinada con formidables habilidades de combate, se ve envuelto en un nuevo misterio.
La trama se complica cuando un agente federal, interpretado por Cynthia Addai-Robinson, se pone en contacto con Chris tras el asesinato de Ray, el personaje representado por J. K.Simmons. Juntos, abordan un caso relacionado con una presunta operación de tráfico de personas, lo que lleva a Chris a pedir ayuda a su hermano Braxton, interpretado por Jon Bernthal. Este trío dinámico se embarca en un viaje para descubrir la identidad de la persona que orquesta las nefastas actividades.
A medida que exploramos la narrativa de The Accountant 2, es fundamental destacar mi principal punto de interés. A pesar del potencial de profundidad de la película, en ocasiones se sintió prolongada, especialmente durante su proyección posterior en SXSW. El giro de la trama anticipado no me sorprendió, ya que lo vi venir desde el principio, lo que me dejó inseguro en los momentos en que el público se quedó sin aliento de asombro.
Sin embargo, el corazón de El contable 2 reside en la notable química entre Affleck y Bernthal, que me mantuvo intrigada durante toda la película. Su relación amplifica la carga emocional de la película, haciendo que cada momento compartido entre los hermanos sea cautivador.
No es necesario que te guste tu familia para tener una buena química
La narración realmente comienza a cobrar fuerza cuando Brax vuelve a la vida de Chris. Su reconexión, marcada por una mezcla de humor y vulnerabilidad, se convierte en un ancla emocional importante para la película. Un momento memorable es cuando Brax convence a Chris de que se vaya a bailar en un bar, lo que muestra el vínculo extraño pero encantador que existe entre los hermanos.
Cada vez que la película se alejaba del viaje de Chris y Brax o de las escenas íntimas del tráiler de Chris, ansiaba volver a sus interacciones. La esencia de su relación me cautivó y me hizo desear más escenas que resaltaran sus experiencias compartidas.
En definitiva, mi deseo es que se trate de una película de viajes por carretera o de policías amigos protagonizada por estos dos personajes. Sin la sólida base de la hermandad de Chris y Brax, The Accountant 2 podría parecer una secuela carente de innovación. Afortunadamente, el comportamiento brusco y el estilo de lucha característicos de Bernthal mantienen a los espectadores interesados, compensando lo que algunos podrían considerar una duración excesiva.
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