La legislación de Texas propone prohibir los “furries” en las escuelas públicas: ¿es real?

La legislación de Texas propone prohibir los “furries” en las escuelas públicas: ¿es real?

Los legisladores texanos han reorientado su atención hacia la subcultura furry, tras sus intentos previos de regular el contenido del anime. Una nueva propuesta legislativa busca imponer restricciones a las conductas asociadas con los furries en las escuelas públicas.

Entendiendo la HB 4814: La Ley “FURRIES”

Propuesta como Proyecto de Ley de la Cámara de Representantes 4814, esta ley busca prohibir lo que los legisladores perciben como comportamientos distractores o perjudiciales de juego de roles. Se prohibirían actividades como ladrar, silbar e imitar sonidos de animales. Además, se prohibiría a los estudiantes usar cajas de arena y participar en comportamientos como lamerse, lo que algunos podrían considerar acicalamiento.

El proyecto de ley también aborda los accesorios comúnmente asociados con la comunidad furry, como orejas, colas, correas y collares de animales. Sin embargo, incluye excepciones para Halloween y eventos similares de disfraces.

Declaración de Stan Gerdes sobre la Ley FURRIES
(Stan Gerdes)

Justificación legislativa y reacción de la comunidad

El representante Stan Gerdes recurrió a las redes sociales para explicar la justificación de este proyecto de ley. De aprobarse, todas las escuelas del distrito 17 de Texas estarían obligadas a cumplir con sus medidas. En sus comentarios, Gerdes anticipó la fuerte presencia de la comunidad peluda en una futura audiencia del comité, afirmando que «no habrá cajas de arena en el Capitolio de Texas».Estos comentarios ponen de relieve el clima de división que rodea este tema cultural.

El enfoque en los furries, con el aparente objetivo de reprimir las expresiones alternativas de identidad, marca un cambio peculiar. Esto parece reflejar una tendencia más amplia donde las elecciones de moda, como las diademas con orejas de gato, generan escrutinio por parte de los sectores conservadores.

Definiendo la subcultura furry

La afirmación de que los furries utilizan «cajas de arena humanas» es un mito completamente desmentido. Contrariamente a la creencia popular, los miembros de esta subcultura no se comunican mediante sonidos animales, sino que interactúan utilizando el lenguaje humano. Esta representación de los furries tergiversa la esencia de su comunidad.

En esencia, la comunidad furry se centra en el juego de roles de «fursonas» animales, no en una identificación genuina con ellos. Los participantes crean estos personajes peludos para expresar rasgos que les resultan difíciles de transmitir en su vida cotidiana, como una forma de evasión.

La socióloga Dra. Sharon Roberts compartió sus perspectivas sobre este fenómeno, destacando cómo las fursonas ofrecen una vía para que las personas, en particular aquellas con dificultades sociales, expresen su identidad con mayor comodidad. Cabe destacar que alrededor del 85 % de los furries se identifican como parte de la comunidad LGBTQ+, lo que subraya aún más la diversidad dentro de este grupo.

Curiosamente, si bien el proyecto de ley reconoce que los furries participan en juegos de rol, clasifica dicho comportamiento como «malsano».Esto plantea preguntas cruciales: ¿Creen realmente los legisladores que los furries se consideran animales o simplemente malinterpretan la naturaleza artística y expresiva de la subcultura? La decisión del Senado sobre este asunto será crucial.

Esta legislación también ensombrece el derecho a la autoexpresión, afectando no solo a los furries, sino a cualquiera que disfrute de usar ropa con temática felina u otros accesorios relacionados con mascotas. Estas expresiones de individualidad no deben confundirse con un comportamiento dañino. Después de todo, adoptar la moda creativa no debería justificar la indignación moral de ninguna facción política.

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