¿Alguna vez pensaste que los virus podrían ser buenos para algo? Resulta que han contribuido a que nuestro cerebro sea lo que es hoy. La investigación acaba de arrojarnos una gran noticia: los virus antiguos tuvieron un papel importante en el desarrollo de partes de nuestro cerebro. Analicémoslo en términos sencillos.
Un estudio revela que los virus antiguos son clave para la evolución del cerebro humano
En el pasado, como hace muchas décadas, algunos virus se ocuparon de meterse con los ancestros de los animales actuales, incluidos los humanos. Pero en lugar de simplemente causar problemas, dejaron un regalo que todavía nos acompaña: se llama mielina. La mielina es como el aislamiento de los cables eléctricos, pero para nuestros nervios. Permite que las señales circulen por nuestro cerebro súper rápido y mantiene todo funcionando sin problemas.
Los científicos han denominado el regalo de estos virus antiguos «Retromielina». Este no es sólo un nombre genial; Es una pieza crucial de nuestra biología. Gracias a la retromielina, los vertebrados (un grupo de animales con columna vertebral, como los mamíferos, los peces y las aves) pudieron desarrollar cerebros complejos. Imagínese hacer todo lo que hace pero con la velocidad de Internet de los años 90. No es divertido, ¿verdad? Así de importante es la mielina.
Los investigadores, profundizando en el acervo genético, descubrieron que la retromielina proviene de retrovirus antiguos. Sí, esos virus. Son la razón por la que hoy hablamos de mielina. Al integrar su material genético en el ADN de los primeros vertebrados, iniciaron el proceso de mielinización. Este proceso es el motivo por el cual las señales en nuestro cerebro pueden moverse rápida y eficientemente, permitiéndonos pensar, movernos y vivir nuestras vidas al ritmo que lo hacemos.
Lo que es realmente sorprendente es que cuando los científicos alteraron la retromielina en algunos animales como el pez cebra y las ranas, estas criaturas tuvieron dificultades para producir mielina. Este experimento demostró sin lugar a dudas que RetroMyelin no está solo de viaje; está conduciendo el coche.
La presencia de retromielina en varias especies de vertebrados también afecta a algo más: no fue una casualidad única. Estas integraciones virales ocurrieron varias veces en diferentes líneas de evolución de los vertebrados. Este patrón repetido subraya cuán cruciales fueron estas inserciones virales para el desarrollo de la vida tal como la conocemos.
El experimento que confirmó la importancia del ADN viral
En primer lugar, comprender cómo surgió la mielina y su viaje evolutivo brinda a los científicos pistas sobre cómo funcionan nuestros cerebros y cómo evolucionaron. Es como resolver un rompecabezas del pasado que ilumina el presente y el futuro.
Además, esta historia de virus antiguos y el papel que han desempeñado pone de relieve el ADN «basura». Verá, nuestros genomas (nuestro conjunto completo de ADN ) son como vastas bibliotecas. Durante mucho tiempo, los científicos pensaron que la mayoría de estos libros sólo ocupaban espacio y que en realidad no hacían gran cosa. Pero una investigación como ésta cambia el guión. Muestra que lo que pensábamos que era basura en realidad está lleno de tesoros: historias de supervivencia, adaptación y evolución que apenas estamos empezando a comprender.
Robin Franklin, el principal científico detrás de este estudio, lo expresó de manera simple: sin estos virus antiguos, los vertebrados –incluidos los humanos– no estarían aquí. Nuestros cerebros complejos, capaces de tener pensamientos, sentimientos, creatividad y mucho más, le deben mucho a estos pequeños invasores de nuestro pasado lejano.
El trabajo del equipo, detallado en la revista Cell, abre nuevos caminos en la ciencia que podrían conducir a avances en la comprensión de diversos trastornos cerebrales y más sobre nuestra propia biología.
Al final, esta investigación no se trata sólo de mirar hacia atrás; se trata de mirar hacia adelante. Los científicos aprenden cómo los virus antiguos ayudaron a dar forma a nuestro cerebro, abriendo caminos a nuevos tratamientos para enfermedades cerebrales. También descubren los secretos de la evolución y cómo estamos conectados incluso con los virus más pequeños.
Entonces, la próxima vez que piense en los virus, recuerde: no se trata solo del resfriado común o la gripe. Son antiguos arquitectos de la vida tal como la conocemos.
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