
Advertencia: ¡A continuación se incluyen spoilers de Star Trek: Lower Decks #3! El reciente número de Star Trek ha dado un paso adelante al abordar una preocupación de larga data dentro de mi propia comprensión de Lower Decks . Después de un exitoso viaje de cinco temporadas en Paramount+, esta serie animada ha sido un tributo cómico a la querida franquicia al tiempo que satiriza inteligentemente sus muchos tropos. Sin embargo, un elemento en particular me ha resultado disonante constantemente, y recientemente se convirtió en un punto focal en el tercer número de la adaptación cómica de la serie de IDW.
Las partículas omega: un secreto peligroso
En el último arco argumental, el teniente Billups, ingeniero jefe a bordo del USS Cerritos, insta a su equipo a pensar en posibles causas de una anomalía recién descubierta. Durante esta discusión, un alférez sugiere que una cantidad minúscula de partículas Omega puede estar en juego. Billups la corrige rápidamente, insistiendo en que las partículas Omega, conocidas por su potencial catastrófico, no deberían estar dentro de su ámbito de conocimiento. Luego ordena a su equipo que desestime su comentario. En este momento, Rutherford agrega un toque cómico con su icónica frase «okey-dokey».

Desentrañando el dilema de la partícula omega
La existencia de las Partículas Omega es un enigma arraigado profundamente en la tradición de Star Trek. Introducidas originalmente en Star Trek: Voyager , las Partículas Omega están clasificadas como la sustancia más destructiva dentro de la ciencia de la Federación. Su naturaleza volátil condujo a un evento devastador donde un intento de sintetizarlas resultó en la trágica pérdida de numerosos científicos. Dadas tales repercusiones, la Federación trata a Omega con la máxima precaución, imponiendo estrictos protocolos sobre su manejo y contención. Para hacer las cosas más intrigantes, incluso se sabe que los Borg buscan a Omega, aunque con poco éxito en el aprovechamiento de su poder.
Resulta desconcertante que un alférez de bajo rango en una nave supuestamente ordinaria de la Flota Estelar pueda siquiera estar al tanto de las Partículas Omega, y mucho menos hablar de ellas libremente. En el episodio “La Directiva Omega”, es solo la capitana Janeway quien posee conocimiento de la existencia de Omega, y las reacciones de la tripulación a esta revelación resaltan tanto su inquietud como su intriga. Este enfoque cauteloso subraya un tema central en Star Trek: que la Flota Estelar, aunque a menudo se la representa como un modelo de integridad, no está por encima de maniobras veladas y secretos que contradicen sus principios básicos.
Reflexionando sobre el conocimiento de los tripulantes de las cubiertas inferiores
A medida que profundizamos, el conocimiento que muestran tanto Billups como el alférez sobre Omega plantea una pregunta interesante: ¿cómo es posible que oficiales de bajo rango en Star Trek: Lower Decks posean información tan intrincada sobre temas altamente clasificados? A lo largo de la serie, personajes como Beckett Mariner y Brad Boimler muestran una alarmante familiaridad con una franja de operaciones sensibles de la Flota Estelar.
¿Conexiones artificiales o humor inteligente?


Esta incongruencia es una crítica persistente que he recibido desde que debutó la serie. Los personajes suelen ser conscientes de misiones críticas y discusiones sobre el personal que, en realidad, deberían permanecer exclusivas de los funcionarios de mayor rango. Por ejemplo, cuando la tripulación hace referencia a Gary Mitchell, quien, después de obtener inmensos poderes, representó una grave amenaza para la Enterprise, es difícil pasar por alto su absurdo. Muchas de estas referencias, aparentemente inocuas, arrojan una sombra sobre la credibilidad del universo en el que habitan.
¿Podría tener fugas el sistema de inteligencia de la Flota Estelar?
Las referencias recurrentes a asuntos clasificados podrían implicar que la seguridad de la información de la Flota Estelar puede tener fallas significativas. La amplia gama de encuentros fenomenales y a veces peligrosos que el personal de la Flota Estelar puede presenciar requiere una sólida estrategia de contención de la información. Sin embargo, el aparente conocimiento de las partículas Omega por parte de Billups sugiere que las salvaguardas pueden no ser tan efectivas como se pretendía.
La elección creativa por encima de la precisión técnica
En definitiva, existe un metacontexto para el amplio conocimiento que muestra la tripulación de Cerritos: sirve como homenaje a la franquicia más amplia de Star Trek. Los guionistas de Lower Decks son, sin duda, conscientes de que el profundo conocimiento histórico de estos personajes pone a prueba la autenticidad, pero funciona para inyectar humor y nostalgia al programa. Este elemento ha sido una fórmula para el éxito, como se ha evidenciado a lo largo de sus cinco temporadas y de las numerosas aprobaciones de los fans.
La paradoja de disfrutar una serie defectuosa
A pesar de las discrepancias en cuanto a la información clasificada, Star Trek: Lower Decks sigue siendo una incorporación fenomenal al universo de Star Trek, rica en humor y repleta de sorpresas inesperadas. Un chiste sobre las partículas Omega sirve como un guiño hilarante y, al mismo tiempo, revela inconsistencias más profundas dentro de la serie. Sin embargo, esta capa cómica finalmente eleva la experiencia de visualización y resuena entre los fanáticos que aprecian las referencias ingeniosas entrelazadas con la comedia.
¡Star Trek: Lower Decks #3 ya está disponible en IDW Publishing!
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