
¡Atención! Este artículo contiene spoilers del episodio 3 de la segunda temporada de Severance.
En el último episodio de Severance, los espectadores se encuentran con un giro inesperado cuando Natalie le presenta a Milchick un regalo de Lumon. Para su asombro, el regalo no es lo que esperaba, lo que desencadena un incómodo intercambio entre ellos. Este peculiar momento plantea preguntas críticas sobre la toma de decisiones de Lumon y pone de relieve los verdaderos sentimientos de sus empleados, en particular aquellos como Natalie y Milchick, que son vistos como leales a la empresa.
Las pinturas de Milchick y Natalie resaltan los problemas de diversidad de Lumon
Un regalo insultante y sordo





Al abrir su regalo, Milchick se enfrenta a una serie de pinturas extrañas y jadea con incredulidad, diciendo: «Oh, Dios mío…».Natalie explica que la intención detrás de este regalo es fomentar una conexión con la herencia de Lumon, presentando «pinturas re-canonizadas de manera inclusiva diseñadas para ayudarte a imaginarte a ti mismo en Kier, nuestro fundador».Sin embargo, estas obras de arte son simplemente representaciones modificadas del fundador Kier, retratado como un hombre negro, lo que deja a Milchick desconcertado por su insensibilidad subyacente.
Las polémicas obras de arte sugieren un inquietante paralelo a la práctica de pintarse la cara de negro, y ponen de relieve que el liderazgo predominantemente blanco de Lumon no está en sintonía con la auténtica inclusión. Incluso sus intentos de apreciar a los empleados fracasan, ya que los ejecutivos de Lumon parecen incapaces de trascender su sentimiento de superioridad y su inquebrantable admiración por Kier. La absurda representación de las pinturas en este episodio subraya el importante privilegio y la ignorancia inherentes a la cultura corporativa de Lumon, que muy bien pueden poner en peligro sus perspectivas futuras.
Las implicaciones de la mirada compartida entre Milchick y Natalie
La empatía no expresada de Natalie hacia Milchick

El momento en que Milchick y Natalie intercambian una mirada tensa recuerda a las escalofriantes escenas de ¡ Huye! de Jordan Peele. La incomodidad que comparten hace eco de las conmovedoras interacciones entre Chris y Georgina, donde la comprensión silenciosa enmascara experiencias más profundas de inquietud. Al igual que la sonrisa forzada de Georgina, Natalie también le ofrece a Milchick una sonrisa de dolor, que refleja su conflicto interno.
A pesar de reconocer lo absurdo de las pinturas, ambos personajes optan por el silencio, impulsados por el miedo a las represalias de sus superiores. En un momento posterior, Natalie llega incluso a fingir entusiasmo por el regalo, todo para evitar llamar la atención. Su preocupación mutua por las posibles consecuencias ilustra un tema más amplio en el episodio 3 de la segunda temporada de Severance : las presiones insidiosas que disuaden a los empleados de expresar sus verdaderos sentimientos en un entorno de trabajo tóxico.
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