
Los principales fabricantes de memoria de Corea del Sur se enfrentan a restricciones estadounidenses sobre equipos para instalaciones chinas.
Los acontecimientos recientes revelan un cambio significativo en la dinámica comercial entre Estados Unidos y China, en particular en lo que respecta a los fabricantes de memoria de Corea del Sur. Tras el creciente escepticismo de la administración Trump respecto a las operaciones estadounidenses en China, han surgido nuevas restricciones que podrían limitar la capacidad de estas empresas para obtener equipos vitales de proveedores estadounidenses para sus plantas de fabricación chinas.
Según se informa, los fabricantes surcoreanos de memoria tienen un plazo estricto de 120 días para asegurar rutas de suministro alternativas, y las exenciones existentes están a punto de expirar. El gobierno de Biden había flexibilizado previamente ciertas restricciones, centrándose principalmente en empresas surcoreanas como Samsung y We Hynix, que operan importantes líneas de producción de chips DRAM y NAND en China. Según Bernstein, esta decisión tiene importantes implicaciones, ya que las instalaciones chinas representan aproximadamente el 10 % de la producción mundial de memoria informática y el 15 % de los chips de almacenamiento.
La administración Trump se compromete a eliminar las lagunas legales en el control de las exportaciones, en particular aquellas que ponen a las empresas estadounidenses en desventaja competitiva. La decisión de hoy es un paso importante para cumplir con este compromiso.— Subsecretario de Comercio, Jeffrey Kessler
Este cambio de política se produce en medio de intensas negociaciones comerciales entre las delegaciones estadounidense y surcoreana, lo que sugiere una maniobra estratégica para ganar influencia durante las conversaciones. El enfoque inicial en los fabricantes surcoreanos indica un esfuerzo específico para reestructurar las relaciones comerciales, en particular en la industria de semiconductores.

Las ramificaciones de estas restricciones podrían extenderse más allá de las empresas individuales, lo que podría complicar las relaciones comerciales entre Estados Unidos y China. Dadas las tensiones existentes, estas nuevas medidas podrían crear obstáculos adicionales en las negociaciones en curso, lo que podría afectar la cadena de suministro de semiconductores y los mercados tecnológicos globales.
A medida que evolucione la situación, las partes interesadas de la industria tecnológica estarán atentas al impacto de estos cambios en las capacidades de producción y la dinámica del comercio internacional. Para obtener una visión general más detallada, puede leer el informe completo aquí.
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