
El conflicto en curso sigue atrayendo mucha atención, pero las ambiciones de Sam Altman van más allá. Se prepara para dar un giro notable hacia el desarrollo de una interfaz cerebro-computadora a través de su nueva startup, Merge Labs. Esta iniciativa lo posiciona como un competidor directo de Neuralink, de Elon Musk.
Sam Altman se centra en las interfaces cerebro-computadora con Merge Labs, un desafío directo a Neuralink.
Según el Financial Times, Sam Altman, CEO de OpenAI, consolida su posición como pionero tecnológico al entrar en el competitivo mercado de las interfaces cerebro-computadora (BCI) con su última iniciativa, Merge Labs. Esta nueva empresa busca competir directamente con Neuralink de Elon Musk, intensificando la rivalidad en el sector tecnológico. Cofundada junto a Alex Blania, quien lidera la iniciativa de identificación digital por escaneo de iris conocida como Worldcoin, Merge Labs está valorada en aproximadamente 850 millones de dólares y está en proceso de recaudar 250 millones de dólares adicionales, con un importante respaldo de la división de capital riesgo de OpenAI.
Si bien Altman desempeñó un papel clave en la fundación de la empresa, algunas fuentes indican que no se espera que participe en sus operaciones diarias. En cambio, sigue centrado en su objetivo visionario de integrar la cognición humana con la inteligencia artificial. De hecho, Altman predijo esta integración en 2017, previendo que podría concretarse alrededor de 2025. Merge Labs se centrará en el desarrollo de BCI de alto ancho de banda que prioricen la escalabilidad y técnicas menos invasivas en comparación con Neuralink, buscando aplicaciones que trasciendan el ámbito médico hacia interfaces cerebro-máquina más versátiles que prometan interacciones más rápidas y con mayor capacidad de respuesta.
En contraste, Neuralink actualmente disfruta de una ventaja competitiva, tras haber avanzado a ensayos en humanos con una valoración que se dispara a 9 mil millones de dólares. Solo este año, Neuralink recaudó con éxito alrededor de 650 millones de dólares y alcanzó un hito significativo, demostrado por un paciente con un implante cerebral que logró controlar un cursor únicamente con el pensamiento ya en 2024. Esta competencia entre ambas empresas trasciende el ámbito de la inteligencia artificial, añadiendo mayor complejidad e interés al panorama de desarrollo de BCI.
A medida que Merge Labs se embarca en este ambicioso proyecto, es fundamental que el equipo actúe con cautela. Las innovaciones en este campo suelen generar dilemas éticos, lo que pone de relieve que el camino hacia una integración exitosa entre humanos y máquinas no solo depende de los avances tecnológicos, sino también de afrontar las implicaciones morales que conllevan.
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