
Ricky comienza con una escena conmovedora en la que un grupo de mujeres rodea a Ricardo Smith, conocido como Ricky, y ofrecen oraciones tras su liberación de una larga condena de 15 años de prisión. Este acto de solidaridad representa una fuente crucial de fortaleza tanto para Ricky como para las mujeres, mientras se abren paso en un brutal sistema penitenciario estadounidense conocido por su ciclo de trampas. Con un año de libertad condicional por delante, Ricky necesita un fuerte apoyo para evitar los escollos que podrían llevarlo de nuevo a prisión.
El viaje de Ricky comenzó con un robo que se convirtió en un intento de asesinato, lo que le valió ser acusado y juzgado como adulto con tan solo 15 años. Al salir del sistema penitenciario a los 30 años, se encuentra en una posición precaria, atrapado entre la inocencia juvenil que alguna vez tuvo y la personalidad endurecida que el encarcelamiento lo obligó a adoptar.
Ricky se enfrenta a una dura realidad
Stephan James brilla en el debut como director de Rashad Frett

Al regresar a la sociedad, Ricky se enfrenta a enormes dificultades. El mundo exterior es implacable. Le resulta difícil conseguir un empleo debido a sus antecedentes penales y, sin embargo, las condiciones de su libertad condicional exigen que mantenga un trabajo. Para agravar sus dificultades, tiene amigos que no respetan plenamente los parámetros de su liberación. Lo que es más preocupante es que Ricky tiene que lidiar con emociones muy arraigadas y una tendencia al autosabotaje.
Este enfoque narrativo empleado por Frett y el coguionista Lin Que Ayoung subraya de manera eficaz la terrible falta de recursos de rehabilitación para las personas que salen de prisión, lo que contribuye a que las tasas de reincidencia sean alarmantemente altas. Aunque Ricky se reúne con su madre y su hermano menor en East Hartford, Connecticut, el viaje no es nada sencillo. A pesar de contar con una sólida red de apoyo, lucha por redefinir su existencia y, en ocasiones, expresa el inquietante pensamiento de que volver a prisión puede ser una opción más favorable.
Las revelaciones emocionales que ilustra Ricky reflejan los profundos desafíos que enfrenta alguien que se vio obligado a vivir en modo de supervivencia durante tantos años. La poderosa interpretación de James es esencial para esta historia, ya que brinda una narrativa doble y convincente que captura tanto las luchas del Ricky adulto que lucha por mantenerse libre como las del Ricky joven que se adapta a la vida fuera de la prisión.
James ofrece una interpretación llena de matices, en particular durante los momentos íntimos (como su primer encuentro sexual con Cheryl, una compañera de un grupo de apoyo), que resalta su vulnerabilidad y su desconexión del mundo que lo rodea. Las interacciones sutiles pero impactantes resuenan a lo largo de la película y pintan un retrato vívido de un hombre que lucha con su identidad.
Hay destellos de esperanza entretejidos en esta intensa narración. La madre de Ricky es retratada como un pilar de apoyo durante sus horas más oscuras, con Simbi Kali ofreciendo una actuación que es nada menos que desgarradora. Además, su oficial de libertad condicional Joanne, representada por una sorprendente Sheryl Lee Ralph, encarna una conexión inesperada, ya que comparten raíces similares dentro de la comunidad caribeña de East Hartford.
Sin embargo, la película sigue siendo rotundamente real y expone el profundo impacto que el complejo industrial penitenciario tiene tanto en Ricky como en la comunidad que lo rodea. Pinta un panorama escalofriante de injusticia sistémica que perpetúa ciclos de desesperación de los que es difícil escapar. Si bien no es una película que haga sentir bien, Ricky aborda con valentía cuestiones sociales vitales y encuentra espacio para la esperanza en medio de la adversidad.
Ricky se estrenó en el prestigioso Festival de Cine de Sundance 2025 el 24 de enero.
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