
La revisión de películas y series de televisión basadas en personajes de la vida real presenta desafíos únicos. La precisión de la representación a menudo plantea preguntas: ¿estamos pasando por alto el contexto esencial? Este dilema se vuelve particularmente pronunciado cuando el individuo en cuestión ha influido significativamente en la historia y la sociedad. Un ejemplo perfecto de esto es la cautivadora nueva serie de ITV y BritBox, A Cruel Love: The Ruth Ellis Story.
Para quienes no conocen a Ruth Ellis, especialmente para los espectadores de fuera del Reino Unido, su historia puede que no haya pasado por su radar (yo incluida) hasta hace poco. Ellis ocupa un lugar central en la historia británica como la última mujer ejecutada en el Reino Unido en 1955, después de ser declarada culpable de asesinato por disparar a su amante, David Blakely, un piloto de carreras playboy. El caso captó la atención pública no solo por la impactante forma en que se cometió el crimen, cometido a plena vista de los clientes de un abarrotado pub de Londres, sino también por las implicaciones sociales que rodearon a Ellis. Se convirtió en un símbolo de las luchas que enfrentaban las mujeres durante una época en la que los roles tradicionales eran severamente restrictivos.
Si bien no pretendo ser experto en las complejidades históricas del caso de Ellis, mi reseña se centra en la narrativa presentada en la serie. Es evidente que los creadores se han comprometido a realizar una exploración rigurosa de la documentación histórica, inspirándose en la reconocida biografía de Carol Ann Lee, A Fine Day for a Hanging: The Real Ruth Ellis Story, y utilizando transcripciones judiciales para construir una dramatización reflexiva de su tumultuosa vida.
Una mujer que merecía más
En esta serie, Lucy Boynton ofrece una interpretación sorprendente como Ruth Ellis, una mujer decidida y ambiciosa que ocultó sus verdaderos orígenes mientras perseguía el éxito. El anhelo de satisfacción de Ruth (poder, amor y libertad) es el núcleo de la historia. Recientemente divorciada y madre de dos hijos, se convierte en una de las gerentes de clubes nocturnos más jóvenes de Londres, atrayendo la atención de dos hombres: Desmond Cussen (Mark Stanley) y David Blakely (Laurie Davidson).Si bien mantiene las distancias con Cussen, a pesar de su amor declarado, su apasionado y finalmente destructivo romance con Blakely ocupa el centro del escenario.
El personaje de Blakely se ve afectado por su comportamiento abusivo, una dinámica desafortunada en la que los momentos de arrepentimiento se ven socavados por la violencia recurrente. A través de la química convincente de Boynton con Davidson, los espectadores obtienen una idea del enredo emocional de Ruth con él. Ella se siente atraída por su encanto, a pesar de los peligros que representa. Por el contrario, la obsesión de Cussen con Ruth expone sus celos y cobardía, rasgos que Stanley captura de manera efectiva.
Un amor cruel desafía la idea de que las acciones de Ruth se debieron únicamente a una traición personal. En cambio, sugiere una manipulación más profunda por parte de Cussen, quien elude la responsabilidad mientras Ruth enfrenta consecuencias indecibles. La evolución del personaje de Cussen, de aparente aliado a siniestro manipulador, está retratada hábilmente, destacando lo insidioso de su influencia.
La historia de Ruth no sólo ilustra el abuso personal, sino también los fracasos de la sociedad: se enfrentó a la injusticia no sólo de los hombres de su vida, sino también del sistema jurídico británico y de las arraigadas jerarquías de clase. Enraizada en una sociedad que luchaba con los ideales posteriores a la Segunda Guerra Mundial, las ambiciones de Ruth de afirmar su independencia fueron vistas como una amenaza a las normas de género de la época. Percibida como una mujer que sufría de “histeria”, la respuesta del establishment fue nada menos que punitiva.
Su juicio fue alarmantemente rápido (apenas dos días) y la ejecución se produjo en tres semanas, lo que puso claramente de manifiesto un error judicial. Arthur Darvill interpreta al abogado de Ruth, que transmite lo absurdo del proceso judicial de la época, en el que los casos de divorcio solían prolongarse durante meses, pero el destino de Ruth quedó sellado en cuestión de días.
La serie se desarrolla en cuatro episodios, en los que se yuxtapone de manera eficaz la vida de Ruth antes y después de su fatídica decisión. Si bien el ritmo capta la brusquedad de su trágico final, una exploración más profunda de la protesta pública tras su ejecución podría haber aumentado el peso emocional de la narrativa. Se insinúa a los espectadores la indignación del público, con escenas que muestran protestas por su liberación y esfuerzos periodísticos por descubrir la verdad. Sin embargo, una mayor elaboración de las implicaciones sociales de su caso habría fortalecido el legado perdurable de Ruth.
Un momento particularmente conmovedor ocurre cerca del final, cuando Ruth reflexiona sobre su breve encarcelamiento y revela que tal vez haya sido la única vez en su vida en que encontró la paz. Esta poderosa representación subraya la profundidad del sufrimiento que soportó. En definitiva, A Cruel Love: The Ruth Ellis Story no rehúye a amplificar su voz y abogar por el reconocimiento que realmente merecía.
Esta apasionante serie se estrena en BritBox en Norteamérica el 17 de febrero, y se lanzarán nuevos episodios semanalmente hasta el 3 de marzo.
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