
Explorando Rusty Rabbit: Una aventura mixta
Cuando el reconocido escritor Gen Urobuchi se asocia con un nuevo proyecto, suele despertar un gran interés entre los fans, incitándolos a pasar por alto posibles deficiencias en favor de su destreza narrativa. Esta expectación rodea a Rusty Rabbit, un juego que, si bien no es tan impactante como obras icónicas como Puella Magi Madoka Magica, logra tejer una narrativa cautivadora en su intrigante mundo. Aunque la jugabilidad deja mucho que desear, la ambientación y los personajes pueden mantener a los jugadores enganchados.
Un viaje de redención
La historia sigue a Stamp, el conejo, quien se embarca en una aventura hacia la peligrosa Montaña Smokestack con la esperanza de desenterrar el óxido que le sustenta. Reconociendo su edad y la pérdida de vigor, Stamp confía en su viejo robot, Junkster, para navegar por las profundidades de la montaña. Conocer a los vibrantes BBs, un grupo de conejos más jóvenes deseosos de descubrir los secretos de una antigua civilización enterrada en las profundidades, despierta una chispa de esperanza en Stamp.¿Podrá este viaje conducir a la redención? Sin duda, le ofrece un renovado sentido de propósito.
La influencia de Urobuchi: Expectativas vs. Realidad
El principal atractivo de Rusty Rabbit reside en la participación de Urobuchi, conocido por títulos aclamados como Fate/Zero y Psycho-Pass. Desafortunadamente, si bien los jugadores podrían esperar giros argumentales intrincados y narrativas profundas, la narrativa aquí no alcanza esas alturas. Las experiencias más cautivadoras surgen inesperadamente durante las sesiones de creación de mejoras en el taller de Stamp, ofreciendo momentos de profundidad que contrastan con la experiencia de juego general.
Jugabilidad: una experiencia torpe
En cuanto a la jugabilidad, Rusty Rabbit no destaca especialmente. La mecánica resulta torpe y dista mucho de la fluidez que se espera de un juego Metroidvania. Los jugadores encontrarán los controles torpes y difíciles, lo que requerirá un periodo de adaptación para dominar los saltos y las carreras. Esta torpeza se nota especialmente durante los enfrentamientos con enemigos, sobre todo jefes; parece una decisión de diseño errónea por parte de Nitro Plus enfatizar el papel de Stamp como un piloto de mechas anticuado en lugar de un luchador ágil, lo que disminuye la diversión de los combates.

Exploración: tediosa y poco gratificante
Explorar Smokestack Mountain resulta tedioso debido a un esquema de control simplista y un diseño de niveles monótono. Los jugadores navegan por mazmorras dejadas por una raza enigmática, recolectando objetos destruyendo bloques. Existe una única mazmorra aleatoria, pero la experiencia general de recolección de recursos no resulta lo suficientemente entretenida como para motivar una exploración prolongada. La monotonía también se extiende al desarrollo de los personajes, donde construir Stamp y Junkster resulta monótono y carece de emoción debido a las aburridas mejoras.

Si bien los personajes conejo, incluyendo a Stamp, tienen un diseño atractivo y muchos derrochan encanto, la estética general de las mazmorras y el diseño de los enemigos deja mucho que desear. Los jugadores pueden encontrar los entornos de Smokestack Mountain aburridos y con poca variedad visual.

Un producto final decepcionante
A pesar de los retrasos destinados a mejorar la calidad de la jugabilidad, la versión final de Rusty Rabbit es decepcionante. Si bien el tono y el desarrollo de personajes de Urobuchi merecen ser apreciados, la jugabilidad no cumple con las expectativas, creando una experiencia repetitiva y tediosa. Los jugadores con un gran cariño por las obras anteriores de Urobuchi o una profunda conexión con Stamp pueden encontrarle algo de valor, pero en general, la aventura resulta mediocre.
Para aquellos interesados, Rusty Rabbit está actualmente disponible en Nintendo Switch, PlayStation 5 y PC.
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