
Como muchos recién llegados al mundo de Linux, mi incursión inicial comenzó con Ubuntu. Su popularidad y reputación lo convirtieron en la opción preferida de muchos y, durante un tiempo, satisfizo la mayoría de mis necesidades. Sin embargo, después de varios años de exploración a través de varias distribuciones de Linux, finalmente pasé a Linux Mint como mi sistema operativo principal. Esta guía describe mi recorrido y las razones por las que usted también podría considerar hacer este cambio.
Navegando mi viaje con Ubuntu
Al principio, mi experiencia con Ubuntu fue, en general, positiva. El proceso de instalación me resultó sencillo y la gran disponibilidad de software lo hizo atractivo. Ubuntu fue mi puerta de entrada para aprender sobre la terminal, la gestión de paquetes y un nuevo paradigma de manejo de instalaciones y actualizaciones de software que contrastaba marcadamente con mi experiencia previa en Windows.

Aprecié los ciclos de lanzamiento predecibles de Ubuntu, que introducían nuevas características y mejoras cada dos años, además de la opción de lanzamientos con soporte a largo plazo que aseguraban cinco años de estabilidad. El centro de software hizo que fuera conveniente encontrar aplicaciones y, si bien el entorno de escritorio predeterminado de GNOME difería de los diseños tradicionales de Windows, su diseño era limpio y bastante intuitivo.
Mi entusiasmo por Ubuntu me llevó a recomendarlo a amigos y familiares deseosos de explorar Linux, particularmente aquellos que vienen de macOS.
Razones por las que dejé Ubuntu
A pesar de sus puntos fuertes, Ubuntu no está exento de inconvenientes. Como alguien que valora la sostenibilidad, tengo ordenadores antiguos que prefiero mantener en funcionamiento en lugar de contribuir a la basura electrónica. Desafortunadamente, la naturaleza de consumo de recursos de Ubuntu (debido principalmente al escritorio GNOME) hace que sea un desafío ejecutarlo sin problemas en dichos sistemas.

Además, busco optimizar mi espacio de trabajo para lograr la máxima eficiencia y personalización, y Ubuntu a menudo requería herramientas complementarias como GNOME Tweaks para realizar modificaciones. La configuración no siempre era sencilla y las personalizaciones extensas podían generar problemas de estabilidad.
La transición forzada a los paquetes Snap contribuyó aún más a mi insatisfacción, en particular porque existen métodos alternativos para instalar aplicaciones sin los inconvenientes asociados con Snap.
Linux Mint: una solución integral
Cuando instalé Linux Mint en mi computadora anterior, me sorprendieron de inmediato las mejoras en el rendimiento. Los tiempos de arranque eran notablemente más rápidos y las aplicaciones se iniciaban casi instantáneamente, lo que demostraba que incluso un hardware anticuado puede ejecutar eficazmente un sistema operativo moderno.

Después de dejar Windows, quería una interfaz que me resultara familiar. Linux Mint me brindó exactamente eso, con un menú Inicio y una barra de tareas de diseño intuitivo, a diferencia de la interfaz tipo macOS de Ubuntu, que nunca me convenció.
Personalizar Linux Mint fue sorprendentemente sencillo; los usuarios pueden acceder a ajustes de temas e íconos directamente dentro de la configuración del sistema, lo que permite un entorno de escritorio personalizado sin requerir software adicional ni comprometer el rendimiento del sistema.
El sistema de administración de paquetes dual de Mint combina los vastos repositorios de software de Ubuntu con un Administrador de software fácil de usar, lo que garantiza que los usuarios puedan elegir cómo instalar las aplicaciones (ya sea visualmente a través de la GUI o mediante la línea de comandos APT más tradicional), mientras se mantienen alejados de los paquetes Snap cargados de recursos.

La comunidad vibrante y solidaria de Linux Mint no hizo más que intensificar mi experiencia positiva. Si bien Ubuntu cuenta con una gran base de usuarios, la comunidad de Mint se enorgullece de centrarse en la experiencia del usuario y de brindar asistencia práctica y soluciones creativas.
Reflexiones finales
El debate actual entre Mint y Ubuntu no es sólo técnico; refleja preferencias personales y casos de uso específicos. Para mí, el cambio a Linux Mint surgió de la búsqueda de un sistema operativo más accesible, personalizable y orientado al rendimiento, en particular para mi hardware más antiguo. El escritorio intuitivo Cinnamon de Mint, junto con sus menores demandas de recursos, ofrecieron la alternativa pulida que estaba buscando.
Si estás pensando en cambiar de sistema operativo Windows, elegir entre Linux Mint y Ubuntu es crucial. Para los usuarios de Ubuntu que estén pensando en cambiar de sistema operativo, sugiero experimentar con Linux Mint a través de una configuración de arranque dual. Este método te permite aprovechar los recursos de la comunidad y adaptar la experiencia a tus necesidades, lo que en última instancia enriquecerá tu experiencia con Linux.
La distribución Linux ideal debería integrarse perfectamente con su flujo de trabajo, lo que le permitirá concentrarse en sus tareas en lugar de dedicarse a solucionar problemas constantemente. Personalmente, Linux Mint logra este equilibrio sin esfuerzo, ya que proporciona un entorno estable y con capacidad de respuesta que fomenta la productividad sin un mantenimiento intrusivo.
Crédito de la imagen: Kirill Martynov vía Unsplash. Todas las modificaciones y capturas de pantalla son de Haroon Javed.
Preguntas frecuentes
1.¿Cuáles son las principales diferencias entre Ubuntu y Linux Mint?
Las principales diferencias se encuentran en la interfaz de usuario y la gestión de recursos. El entorno predeterminado de Ubuntu es GNOME, que puede consumir muchos recursos, mientras que Linux Mint utiliza el entorno de escritorio Cinnamon, que es más ligero y fácil de usar. Además, Mint permite una personalización más sencilla directamente en la configuración del sistema.
2.¿Puedo cambiar de Ubuntu a Linux Mint sin perder mis datos?
¡Sí! La forma más sencilla es configurar un sistema de arranque dual donde ambas distribuciones puedan ejecutarse en paralelo, lo que le permitirá mantener sus datos intactos. Asegúrese de realizar una copia de seguridad de sus archivos importantes antes de realizar cualquier cambio.
3.¿Linux Mint es adecuado para hardware antiguo?
¡Por supuesto! Linux Mint es conocido por su capacidad de funcionar de manera eficiente en máquinas antiguas. Su interfaz liviana y su bajo consumo de recursos lo convierten en una excelente opción para renovar el hardware antiguo.
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