Tras varios años trabajando en un entorno de desarrollo basado en Linux, he llegado a apreciar su facilidad de uso, su ligereza y su capacidad para minimizar las distracciones. Linux fomenta un ambiente propicio para el desarrollo, permitiendo realizar pruebas y experimentación sin esfuerzo. Sin embargo, mi preferencia por Windows ha persistido, principalmente debido a problemas de compatibilidad, sobre todo con las aplicaciones de juegos y sus programas antitrampas. Esta dependencia me llevó a replantearme toda mi configuración, lo que finalmente resultó en una transición de vuelta a Windows para mis proyectos de desarrollo, y la experiencia ha superado mis expectativas.
Por qué volví a usar Windows para el desarrollo
Reevaluando Windows tras años de Linux
Mi incursión en la programación comenzó en Windows; era el sistema operativo con el que estaba más familiarizado. Sin embargo, pronto me frustré con las dificultades para instalar las dependencias de desarrollo y configurar las herramientas necesarias en Windows. En cambio, Linux permitía instalaciones simplificadas mediante comandos sencillos y resultó ser más adecuado para las tareas de desarrollo.

Las ventajas de usar una distribución de Linux eran evidentes, ya que ayudaba a mantener la integridad de mi instalación de Windows al evitar la acumulación de archivos innecesarios tras numerosas instalaciones y desinstalaciones. Sin embargo, la falta de alternativas adecuadas para muchos de mis programas esenciales de Windows, incluyendo juegos populares, suponía un reto importante. Cambiar a Linux implicaba dedicar tiempo a aprender nuevas herramientas, lo cual fue un obstáculo inesperado.
Esta situación me llevó a instalar un sistema de arranque dual, con Windows y Linux Mint coexistiendo en mi equipo. Si bien el arranque dual es una solución viable, a menudo interrumpía mi flujo de trabajo, sobre todo cuando necesitaba aplicaciones exclusivas de Windows, como Photoshop o Illustrator. El constante cambio entre los dos sistemas se convirtió en una importante merma de mi productividad.

A pesar de experimentar con capas de compatibilidad como Wine, distribuciones de Linux para juegos y máquinas virtuales, la integración de ambos sistemas operativos nunca fue del todo fluida. Finalmente, decidí volver a usar Windows para el desarrollo, con resultados que me sorprendieron gratamente.
Las capacidades mejoradas de la Terminal de Windows
Las funciones modernas transforman la experiencia de la terminal de Windows.
Al regresar a Windows, descubrí que el entorno de línea de comandos había mejorado drásticamente. La Terminal de Windows ahora ofrece funciones como múltiples pestañas, temas personalizables y compatibilidad con PowerShell, el Símbolo del sistema y el Subsistema de Windows para Linux (WSL) en una interfaz unificada.
La posibilidad de dividir paneles en la terminal facilita la multitarea y la interacción simultánea con diversas herramientas. Con WSL 2, puedo ejecutar mi conjunto de herramientas Linux preferido e incluso administrar contenedores Docker dentro de Windows, lo que ofrece una versatilidad antes inimaginable.
De hecho, WSL2 me permitió utilizar aplicaciones CLI avanzadas que superan las capacidades del Administrador de tareas, mejorando enormemente mi productividad. Una característica destacada es el «modo terremoto», que permite que la terminal descienda desde la parte superior de la pantalla al pulsar una tecla, ofreciendo un acceso rápido sin interrumpir otras tareas.
Las herramientas de productividad mejoran la experiencia de Windows.
Un rico ecosistema de herramientas de productividad en Windows
El ecosistema de Windows ha experimentado un crecimiento notable en herramientas de productividad que agilizan los procesos de trabajo. Entre ellas, Microsoft PowerToys destaca como una utilidad imprescindible, ya que ofrece funciones que, sin duda, deberían incluirse de forma predeterminada en Windows 11.

PowerToys Run ha reemplazado por completo mi menú Inicio; su intuitiva paleta de comandos hace que navegar por la búsqueda de Windows sea innecesario, lo que supone una mejora significativa en la experiencia del usuario. Junto con otras aplicaciones esenciales, he creado una extensa lista de utilidades que mejoran cualquier configuración de Windows.

Otra incorporación destacable es el Gestor de Paquetes de Windows (winget), que funciona de forma similar a apt de Linux, facilitando la instalación de múltiples aplicaciones desde la línea de comandos con un solo comando. Esta capacidad permite reconfigurar rápidamente todo mi entorno Windows en cuestión de minutos.
Navegando por las peculiaridades de Windows
Si bien no es perfecto, los problemas de Windows se pueden gestionar.
Es importante reconocer que Windows no está exento de defectos. Generalmente requiere más recursos del sistema que una configuración Linux minimalista y, ocasionalmente, presenta problemas frustrantes. Dependiendo de la naturaleza de tus proyectos de desarrollo, seguir usando Linux podría ser ventajoso, especialmente para tareas del lado del servidor que se asemejan mucho a los entornos de producción.
Las actualizaciones de Windows pueden interrumpir esporádicamente los flujos de trabajo y siguen produciéndose fallos de software, lo que da lugar a la experiencia de Windows, algo imperfecta pero familiar, que la mayoría de los usuarios conocen bien.
El panorama para desarrolladores en Windows 11
Una mejora significativa para los desarrolladores
Para los desarrolladores que trabajan con diversas tecnologías, especialmente aquellos que requieren herramientas exclusivas de Windows, Windows 11 ha demostrado ser sorprendentemente capaz. Ya no se percibe como una solución de compromiso; por el contrario, ha evolucionado hasta convertirse en una plataforma robusta que puede soportar diversas cargas de trabajo de desarrollo.
A menos que necesites Linux específicamente o prefieras las peculiaridades de gestionar dos sistemas operativos, considera usar Windows para tu próximo proyecto de desarrollo. Podrías descubrir una gran cantidad de funciones que te has estado perdiendo.
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