Por qué cambié de Windows a Linux y nunca me arrepentiré

Por qué cambié de Windows a Linux y nunca me arrepentiré

Windows ha sido durante mucho tiempo un sistema operativo fundamental, diseñado para una amplia gama de necesidades de los usuarios. Sin embargo, para quienes se atreven a explorar alternativas, Linux se presenta como una opción atractiva. Como alguien que ha hecho la transición de Windows a Linux, puedo afirmar con seguridad que mi decisión es definitiva.

1 Windows sufre errores persistentes

Una de las principales frustraciones de Windows reside en sus frecuentes e impredecibles errores. Un caso personal fue la infame «pantalla verde de la muerte» que aparecía cada vez que intentaba conectar mi mando de Xbox a mi PC por Bluetooth. Este problema apareció sin previo aviso en la última actualización estable.

Pantalla de error en Windows
officeku / Lea Rae / Shutterstock

No soy el único que experimenta estas frustraciones. Las comunidades en línea están repletas de discusiones que lamentan estos problemas esporádicos que surgen inesperadamente. Si bien Microsoft finalmente soluciona estos errores, su tiempo de respuesta suele ser largo, ya que la empresa prioriza nuevas funciones y mejoras visuales sobre la corrección de problemas existentes.

Aunque las mejoras estéticas son beneficiosas, no deberían ir en detrimento de la satisfacción del usuario. En definitiva, un sistema operativo atractivo es inútil si se comprometen las funcionalidades fundamentales. Aunque Windows debutó en 2021, aún se siente incompleto en 2025. La estrategia de Microsoft de mejoras graduales simplemente no se adapta a usuarios como yo, que no podemos permitirnos lidiar con constantes dilemas técnicos derivados de problemas de funcionalidad ignorados.

2 Actualizaciones de Windows: un arma de doble filo

El sistema de actualizaciones de Windows es impredecible. Una actualización puede introducir nuevas funciones interesantes, pero también puede interrumpir fácilmente funciones esenciales. A menudo, los usuarios desconocen los cambios importantes durante el plazo de reversión de 10 días que ofrece Microsoft.

Además, las actualizaciones se imponen con el tiempo, lo que tiene consecuencias desastrosas, como ocurrió con la actualización 24H2 de Windows 11 que afectó a millones de PC. Los usuarios de Windows 10 también se quedaron en la estacada cuando Microsoft descontinuó lo que muchos consideraban su sistema operativo más fiable.

Configuración de Windows Update
Willi Lumintang/ Shutterstock

Además, el control sobre cuándo se realizan las actualizaciones es limitado, y Windows ocasionalmente fuerza reinicios automáticos después de las actualizaciones, lo que causa interrupciones innecesarias durante horas de trabajo cruciales. Si bien existen configuraciones para mitigar esto, sigo recibiendo actualizaciones inesperadas aproximadamente cada dos semanas, una molestia indeseable, especialmente cuando Windows idealmente debería respetar las programaciones definidas por el usuario.

Por el contrario, Linux ofrece una arquitectura de actualización más segmentada, que permite actualizaciones selectivas de paquetes individuales o de todo el sistema operativo, con un enfoque en la estabilidad que generalmente evita la necesidad de reinicios forzados.

3 La ubicuidad de la IA en Windows: una exageración

Las ambiciosas iniciativas de IA de Microsoft pueden tener sus méritos, pero a menudo resultan excesivas. Incluso aplicaciones básicas como el Bloc de notas ahora incluyen funciones de IA. Desafortunadamente, muchas de estas funcionalidades están bloqueadas tras una suscripción a Microsoft 365, lo que las hace inaccesibles para el usuario promedio.

Bloc de notas con IA
Yadullah Abidi / MakeUseOf

La incorporación de IA al sistema operativo aumenta la sobrecarga, obligando a los usuarios a navegar por funciones que quizá nunca utilicen, a la vez que tienen que lidiar con problemas de privacidad relacionados con el inicio de sesión obligatorio con la cuenta Microsoft en todas las aplicaciones. Esto genera serias preocupaciones, especialmente con respecto a funcionalidades de IA como Recall, que captura capturas de pantalla y datos del usuario, acciones incompatibles con las expectativas de los usuarios preocupados por la privacidad.

4 Exigencias Excesivas de Hardware de Windows

Si no utiliza un hardware moderno, Windows 11 podría resultar una experiencia insatisfactoria. El sistema operativo consume muchos recursos, lo que limita el rendimiento del sistema para juegos o la ejecución de programas intensivos. Esta situación suele llevar a los usuarios a creer erróneamente que sus equipos tienen un rendimiento bajo, lo que fomenta actualizaciones innecesarias.

El requisito de Windows 11 para TPM 2.0, si bien es crucial para la seguridad, puede dejar obsoletos un gran número de PC que de otro modo serían compatibles. Esta restricción limita innecesariamente a los usuarios que preferirían seguir utilizando sus dispositivos actuales.

Pantalla de carga de Windows
19 ESTUDIO / Shutterstock

Incluso si logras instalar Windows 11 en un hardware antiguo, podrías experimentar retrasos significativos en el rendimiento al ejecutar programas. Actualizar de Windows 10 a 11 me causó ralentizaciones notables, especialmente al usar aplicaciones que consumen muchos recursos, como Premiere Pro y Photoshop.

Para solucionar estos problemas, los usuarios pueden explorar herramientas de desbloqueo para una experiencia de Windows más eficiente. Sin embargo, esto requiere descargas y ajustes externos que pueden resultar abrumadores para quienes no tengan conocimientos técnicos y desconozcan los requisitos y limitaciones de Windows 11.

5 problemas persistentes de seguridad y privacidad

A pesar de que Windows 11 promete una mayor privacidad, el sistema operativo aún requiere que los usuarios utilicen configuraciones de seguridad complejas. Si bien Windows Security ha mejorado y puede reducir la necesidad de soluciones antivirus de terceros, la configuración de privacidad predeterminada a menudo puede complicar la experiencia del usuario.

Si bien los usuarios pueden disfrutar de ciertas ventajas al permitir que Windows recopile datos, es importante tener en cuenta que esto implica que las estadísticas de uso personal se envían periódicamente a Microsoft, a veces incluso a terceros. Se recomienda a los usuarios ajustar la configuración de privacidad inmediatamente después de la instalación para un mejor control.

La rápida integración de funciones de IA agrava estos desafíos de privacidad. Los componentes operativos principales están incorporando funcionalidades de IA que rastrean las acciones del usuario, lo que amplía los datos que Microsoft recopila. Si bien los usuarios pueden expresar sus preferencias de configuración, contribuyen inadvertidamente a un creciente ecosistema de datos gestionado por Microsoft.

Menú de configuración de privacidad de Windows

En última instancia, los usuarios suelen compartir, sin saberlo, una gran cantidad de datos personales con Microsoft, desde información de ubicación hasta aplicaciones instaladas y patrones de uso. Quienes navegan con Edge también monitorizan su actividad.

Por el contrario, Linux se destaca por su compromiso con la privacidad del usuario, rastreando solo cuando los usuarios optan por funciones específicas en lugar de imponer valores predeterminados que comprometan la privacidad.

Si bien cambiar de Windows a Linux puede presentar desafíos, especialmente para usuarios que no están familiarizados con el cambio de sistemas operativos o el uso de máquinas virtuales, los beneficios definitivamente superan los obstáculos iniciales.

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