
La transición de Windows a Linux puede parecer intimidante al principio, pero seleccionar la distribución adecuada puede simplificar el proceso. Entre las numerosas opciones disponibles, Linux Mint destaca como la opción ideal para muchos usuarios.
7 Rendimiento superior y eficiencia de la batería
Una de las ventajas más inmediatas que notará tras migrar a Linux Mint es una notable mejora en el rendimiento del sistema. En casi todos los casos, Linux Mint funciona más rápido que Windows, principalmente porque exige mucho menos al hardware. Esta eficiencia permite que el sistema dedique más recursos a aplicaciones exigentes, lo que se traduce en una mejora general del rendimiento.

Además de mejorar el rendimiento, Linux Mint también contribuye a una mayor duración de la batería. Aunque el aumento de la duración de la batería puede variar según la antigüedad y la capacidad de la batería del dispositivo, muchos usuarios siguen reportando resultados favorables. Cabe destacar que, en ciertos casos, especialmente con baterías antiguas o defectuosas, Windows puede superar a Linux Mint en eficiencia de batería gracias a su capacidad para gestionar las funciones que consumen mucha energía.
Sin embargo, confiar en Windows para maximizar la duración de la batería suele resultar en una disminución notable del rendimiento. Por ejemplo, si usas un portátil con Windows 11 en modo de ahorro de batería, la interfaz se ralentizará. Por el contrario, Linux Mint gestiona el consumo de energía de forma más eficaz, garantizando que el sistema mantenga una buena capacidad de respuesta y prolongando la vida útil de la batería. Aunque la mejora en el rendimiento de la batería no sea tan pronunciada en comparación con Windows, la mejora constante del rendimiento es una ventaja considerable.
6 Interfaz de usuario familiar
Un obstáculo importante para los usuarios que cambian de Windows a Linux es el desconocimiento de las interfaces alternativas. Si bien muchas distribuciones de Linux presumen de diseños intuitivos, suele llevar tiempo adaptarse a ellos. Afortunadamente, Linux Mint mitiga este desafío al ofrecer una interfaz de escritorio que imita fielmente la de Windows.

Aunque no es una réplica exacta, Linux Mint ofrece elementos familiares como la barra de tareas, el menú de inicio, la bandeja del sistema e iconos de fácil navegación. Funciones básicas como la gestión de ventanas, las operaciones con archivos y la captura de pantalla son muy similares a las de Windows, lo que facilita mucho el aprendizaje para los nuevos usuarios. La interfaz no solo es intuitiva y moderna, sino también altamente personalizable, lo que permite a los usuarios adaptarla a sus preferencias a medida que se familiarizan con ella.
5 utilidades del sistema mejoradas
Una de las principales razones por las que Windows puede resultar lento a veces es el exceso de bloatware que suele venir preinstalado. Si bien existen herramientas como Windows 11 Debloater para solucionarlo, la configuración inicial de Windows puede ser laboriosa.
En cambio, Linux Mint ofrece un amplio conjunto de utilidades preinstaladas que permiten a los usuarios empezar a usar el sistema operativo inmediatamente después de la instalación. No es necesario buscar herramientas o códecs esenciales: todo está disponible desde el principio. Además, el Administrador de Software y el Administrador de Actualizaciones superan a sus equivalentes de Windows, como Microsoft Store y Windows Update, tanto en funcionalidad como en experiencia de usuario.

El Administrador de Software de Linux Mint facilita la detección, instalación y administración de software compatible desde una única interfaz, con listados categorizados y reseñas de usuarios. Estas características funcionales posicionan a Linux Mint como un modelo de utilidades del sistema que Windows debería adoptar. Además, el Administrador de Controladores para instalaciones de hardware es más accesible que el Administrador de Dispositivos de Windows. Los usuarios también se benefician de Warpinator, una herramienta local para compartir archivos similar a AirDrop.
4 Mayor compatibilidad de software
Durante algún tiempo, la falta de opciones de software y experiencias de juego ha supuesto un desafío para los usuarios de Linux. Sin embargo, con la adopción de Proton por parte de Steam —una innovadora capa de compatibilidad para ejecutar juegos de Windows en Linux—, este problema está disminuyendo gradualmente. Los usuarios ahora pueden instalar Steam a través del Administrador de Software, ampliando así sus horizontes de juego.
Tenga en cuenta que esta sigue siendo una capa de emulación, por lo que el rendimiento podría no ser comparable con la experiencia nativa de Windows. Sin embargo, dependiendo de las especificaciones de su hardware, podría ser posible jugar a títulos AAA con un rendimiento casi nativo.
Si bien jugar en Linux puede ser una experiencia mixta, la disponibilidad de aplicaciones es mucho más favorable. Existen numerosas herramientas alternativas a programas conocidos como Photoshop, Lightroom y Microsoft Office. Además, con Wine disponible para emular aplicaciones de Windows en Linux, la compatibilidad de software ha mejorado significativamente.
3 Requisitos de hardware ligero
Linux es una excelente opción para revitalizar portátiles antiguos gracias a sus mínimos requisitos de hardware. Linux Mint solo requiere 2 GB de RAM (se recomiendan 4 GB), 20 GB de espacio en disco (preferiblemente 100 GB) y una resolución de pantalla de 1024×768, lo que significa que la mayoría de los PC operativos pueden ejecutarlo eficazmente.
En cambio, Windows requiere al menos 4 GB de RAM, 64 GB de almacenamiento, compatibilidad con UEFI Secure Boot, TPM 2.0 y una resolución de pantalla mínima de 720p. Estos requisitos tan estrictos suelen impedir que las PC más antiguas sean compatibles con Windows 11, incluso cuando son técnicamente compatibles.
A medida que los sistemas se acercan a las especificaciones mínimas, su rendimiento disminuye. Sin embargo, Windows suele tener más dificultades que Linux Mint al operar cerca de sus umbrales mínimos, lo que promete una experiencia de usuario más fluida para equipos antiguos al usar Linux.
2 Actualizaciones confiables del sistema
Las actualizaciones de Windows han sido durante mucho tiempo una fuente de frustración, principalmente debido a su imprevisibilidad y sus efectos adversos en la estabilidad del sistema. En cambio, Linux Mint aprovecha el marco de soporte a largo plazo (LTS) de Ubuntu, lo que garantiza un flujo constante de actualizaciones y parches de seguridad sin los típicos errores que pueden afectar a las actualizaciones de Windows.

El Administrador de Actualizaciones de Linux Mint funciona en sinergia con Timeshift, una utilidad integrada que crea instantáneas del sistema de forma rutinaria, lo que supone una mejora significativa de la Restauración del Sistema de Windows. Esta funcionalidad mejora la estabilidad, permitiendo a los usuarios recuperarse fácilmente en caso de un fallo en la actualización y facilita la programación de actualizaciones.
1 Privacidad y seguridad mejoradas
La diferencia más significativa entre Windows y Linux Mint radica en el enfoque superior de este último en la privacidad y seguridad del usuario.
Para empezar, Linux Mint no incorpora la recopilación de datos de telemetría por defecto, a diferencia de Windows y macOS, que suelen recopilar una gran cantidad de datos de usuario en segundo plano. Con Linux Mint, los usuarios pueden disfrutar de un mayor nivel de privacidad sin la preocupación del seguimiento integrado.
Además, al ser una plataforma de código abierto, el código de Linux Mint se somete a un escrutinio constante por parte de profesionales de seguridad, lo que permite identificar y abordar vulnerabilidades con rapidez. Si bien los usuarios no pueden auditar el código personalmente, la transparencia del software de código abierto mejora la seguridad a mayor escala.

En cuanto a la seguridad, Linux Mint viene equipado con diversas herramientas integradas, como ClamAV (una solución antivirus de código abierto) y AppArmor, que restringen los permisos de las aplicaciones. Además, las instalaciones del Administrador de Software se extraen exclusivamente de repositorios oficiales, lo que garantiza que los usuarios solo descarguen software verificado.
Si bien cambiar de sistema operativo puede ser una tarea desafiante, las crecientes demandas de hardware, las cargas de IA y los errores persistentes asociados con Windows 11 hacen de Linux Mint una alternativa atractiva para los usuarios que buscan una experiencia informática más fluida y eficiente.
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