
Pat Gelsinger, ex CEO de Intel, compartió recientemente sus puntos de vista sobre la importancia de los últimos acuerdos de capital de Intel, enfatizando particularmente la necesidad de que estos acuerdos respalden las ambiciones de fabricación de la compañía.
Acuerdos de capital de Intel: Centrándose en el crecimiento de la fabricación
Gelsinger desempeñó un papel fundamental en la revitalización de los Servicios Integrados de Fundición (IFS) de Intel durante una época económica difícil. Sus iniciativas, incluida la estrategia «5N4Y», fueron fundamentales para sentar las bases de tecnologías de vanguardia como el proceso de chip 18A. En una entrevista reciente con la CNBC, abordó las recientes alianzas de capital de Intel con NVIDIA y el gobierno estadounidense, destacando la necesidad crucial de un progreso tangible en las capacidades de fabricación de Intel.
Es un placer estar en el programa y verlos de nuevo. El factor clave para determinar la participación del gobierno estadounidense en Intel es si esta contribuye a la construcción y el uso de fábricas de Intel. Si esto resulta en la construcción y el uso de más fábricas en EE. UU., entonces es beneficioso. De lo contrario, es una cuestión de política. El mercado reaccionó positivamente al anuncio, pero hasta ahora, ninguna de las inversiones adicionales ha logrado un compromiso para utilizar las fábricas de Intel.
A pesar de la ambición de Intel, las alianzas recientes no han dado como resultado un compromiso firme para apoyar su negocio de fundición. Si bien la inversión del gobierno podría animar a las empresas estadounidenses a respaldar las operaciones de Intel, aún no se han concretado acuerdos significativos. Los directores ejecutivos de NVIDIA, Jensen Huang, y de AMD, Lisa Su, también fueron interrogados sobre posibles compromisos con la fundición de Intel, pero ninguno ofreció una respuesta clara.

Durante la entrevista, Gelsinger habló sobre la Ley CHIPS, impulsada durante la administración Biden, y expresó su decepción por los retrasos en la asignación de fondos, que obstaculizaron la capacidad de Intel para avanzar con sus proyectos de fabricación en ese momento crítico. Señaló que los beneficios potenciales de estas alianzas actuales serían limitados a menos que se tradujeran en mejoras reales en la capacidad de fundición de Intel.
Al reflexionar sobre los desafíos históricos de Intel, Gelsinger destacó los importantes problemas operativos que heredó, sugiriendo que restaurar a Intel como líder en tecnología y fabricación requeriría al menos cinco años de esfuerzo conjunto. Consideró la exitosa implementación del proceso 18A como un hito significativo en este camino, afirmando que representa su visión de una Intel revitalizada.
Intel tomó una serie de malas decisiones a lo largo de 15 años. Este fue el proceso de reconstrucción de Intel. Perdimos el liderazgo técnico y no fuimos liderados por tecnólogos durante muchos años. El esfuerzo por reconstruir nuestra tecnología central, fabricación y cadenas de suministro es continuo y crucial. Aún no hemos alcanzado plenamente nuestros objetivos, pero el hito 18A marca un paso importante en esa dirección.
De cara al futuro, Intel, bajo la dirección de Lip-Bu Tan, parece tener una trayectoria prometedora; sin embargo, el éxito de las recientes adquisiciones de capital depende de su capacidad para acelerar la capacidad de fabricación de la compañía. Sin compromisos para mejorar el negocio de fundición, los beneficios a largo plazo de estas alianzas siguen siendo inciertos.
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