Resulta bastante divertido observar cómo Page Six parece adherirse a la agenda marcada por el equipo de relaciones públicas de Justin Baldoni. Esto ocurre después de que el medio fuera acusado de difundir historias negativas sobre Blake Lively, para luego publicar recientemente un artículo favorable que destacaba a Baldoni.
Durante los eventos promocionales de la película It Ends With Us , no pasó desapercibido que Baldoni, quien asumió los roles duales de director y actor principal, estuvo notablemente ausente de las apariciones de prensa junto con el elenco. Dado su destacado papel junto a Lively, esta ausencia generó sospechas. Cuando los fanáticos compartieron sus observaciones, se hizo evidente que el elenco también había dejado de seguir a Baldoni en las redes sociales. Surgieron informes que detallaban la conducta de Baldoni en el set, lo que lo impulsó a contratar un equipo de relaciones públicas para cambiar la narrativa en torno a la controversia emergente.
En un sorprendente giro de los acontecimientos, Blake Lively ha iniciado acciones legales contra Baldoni, acusándolo de mala conducta durante el rodaje. La demanda también alega que Baldoni y sus representantes de relaciones públicas orquestaron una campaña de desprestigio en su contra, y Page Six se menciona específicamente como una de las publicaciones implicadas. Apenas unos días después de la demanda, Page Six publicó un artículo centrado en la familia de Baldoni, lo que avivó aún más las especulaciones sobre su independencia editorial.
Me parto de risa cuando aparece un artículo que promociona a Justin en Page Six justo después de que Page Six ya había sido expuesta como una de las publicaciones que recibía dinero de la propaganda de relaciones públicas de Justin. Por favor, esfuércense más. https://t.co/FziOjJqC9P
— Michael. (@yosoymichael) 23 de diciembre de 2024
Recientes revelaciones a partir de mensajes de texto han arrojado luz sobre las intenciones de Baldoni, Jennifer Abel y Melissa Nathan de «enterrar» a Lively en un esfuerzo por proteger la reputación de Baldoni. Los mensajes incluían a Baldoni haciendo referencia a una cuenta de un fan que había acusado a Hailey Bieber de acoso, indicando: «Esto es lo que necesitaríamos». La demanda alega que la hermana de Nathan, Sara Nathan, que se desempeña como editora general de The New York Post (la empresa matriz de Page Six), estuvo involucrada en plantar estas historias negativas.
La supuesta estrategia de Baldoni consistió en aprovecharse de su base de seguidores en contra de Lively, una táctica que, de comprobarse, pondría de manifiesto una conducta manipuladora. Tanto Baldoni como sus asociados aparentemente recurrieron al engaño para ocultar sus acciones, una estrategia que plantea serias preocupaciones éticas.
Page Six y The Post: un caso de periodismo poco ético
El momento en que Page Six publicó el artículo de propaganda apenas unos días después de verse implicada en una campaña de desprestigio dice mucho sobre la integridad editorial del medio. Si bien publicaciones como The New York Post y Page Six tienen un historial de reportajes sensacionalistas, el aparente desprecio por el periodismo ético en este contexto es evidente.
¿Por qué estos medios deben seguir teniendo acceso a celebridades de alto perfil si son cómplices de relatos inventados? Su presencia todavía se ve en la alfombra roja, pero su credibilidad periodística está seriamente comprometida. Esto plantea interrogantes sobre las responsabilidades de los medios de comunicación en cuanto a cómo informan y a quién apoyan.
Si bien la implicación de Page Six en este escándalo no es del todo sorprendente, la falta de decoro en su oportuno artículo sobre Baldoni subraya una realidad preocupante. Si las acusaciones sobre la manipulación del fandom son de hecho ciertas, las acciones de Baldoni, Abel y Nathan revelan una tendencia inquietante en la influencia de los medios y la cultura de las celebridades.
A la luz de estos acontecimientos, resulta evidente que es fundamental una mayor transparencia y rendición de cuentas en el periodismo de entretenimiento. La falta de vergüenza que mostraron los implicados, especialmente cuando celebraron su supuesto éxito en manchar la imagen de Lively, pone de relieve la necesidad apremiante de reformar el funcionamiento de los medios.
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