
En el reciente evento Visión 2025, el recién nombrado CEO de Intel, Lip-Bu Tan, enfatizó el compromiso de la compañía de priorizar la retroalimentación de los clientes y mejorar el rendimiento en sus futuras iniciativas. Esto indica un cambio estratégico para alinear mejor la oferta de productos con las expectativas de los usuarios.
Sería interesante que Microsoft también tuviera esta ideología: crear software que los usuarios quieran. Actualmente, se trata de «hacer del software de Microsoft una plataforma para vender otro software de Microsoft», como si «Windows ya no fuera un sistema operativo, sino una plataforma publicitaria para Office 365 y Copilot».
Curiosamente, un comentario reciente de un empleado de Microsoft, Harold Gómez, reveló que los comentarios de los usuarios jugaron un papel mínimo durante la fase de diseño de Windows 8. Como diseñador de UI en ese momento, Gómez reflexionó sobre la filosofía de diseño de la empresa y los desafíos de integrar las perspectivas de los usuarios.
Durante un nostálgico evento para celebrar el 50.º aniversario de Microsoft, donde Bill Gates rememoró la historia de la compañía, Gómez destacó el equilibrio entre las decisiones de diseño instintivas y la retroalimentación de los usuarios. Afirmó:
Parte del proceso de diseño consiste en intentar equilibrar la retroalimentación del usuario con tu instinto de diseño. Sin duda, no habríamos podido alcanzar lo que Windows 8 fue con el estilo visual Metro basándonos únicamente en la retroalimentación del cliente. Era algo que los clientes nunca habrían pedido, ya que en aquel entonces vivíamos en un mundo dominado por el iPhone.
El diseño de Windows dio un giro y buscó crear algo diferente, arraigado en nuestra filosofía y principios de diseño. Experimentamos con el diseño de información, la tipografía, los diseños y convertimos el diseño de movimiento en una parte integral de nuestros sistemas. Nos centramos en comprender las necesidades de nuestros clientes y combinamos esa información con nuestro instinto de diseño, lo que nos ayudó a crear algo especial.
A pesar de estos esfuerzos innovadores, Windows 8 enfrentó considerables críticas tras su lanzamiento. Los usuarios expresaron su frustración por la eliminación del intuitivo botón de Inicio, lo que llevó a Microsoft a reintroducirlo rápidamente en Windows 8.1. Esta reacción negativa ejemplifica los riesgos de ignorar las opiniones de los usuarios durante el proceso de diseño.
Mientras Microsoft reflexiona sobre su trayectoria de diseño, persiste una pregunta: ¿Ha aprendido realmente de sus experiencias? ¡Los invitamos a compartir sus opiniones en los comentarios!
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