
Nota: Este artículo incluye importantes spoilers de la trama de Star Trek: Sección 31.
La película inaugural de Paramount+, Star Trek: Sección 31, juega ingeniosamente con un conocido chiste de Star Trek: La serie original que gira en torno al capitán James T. Kirk (interpretado por William Shatner) y el USS Enterprise. Esta película presenta a Michelle Yeoh retomando su papel como la emperadora Philippa Georgiou de Star Trek: Discovery, mientras colabora con un equipo de agentes de la Sección 31 encabezados por Alok Sahar (Omar Hardwick).La trama se complica cuando un topo se infiltra en sus filas y sabotea su nave espacial, obligando a Sahar y la tripulación a entrar en un depósito de chatarra espacial abandonado. Aquí, la teniente Rachel Garrett (Kacey Rohl), que está destinada a capitanear el USS Enterprise-C, descubre una nave oxidada y cuadrada que podría servir como su nueva nave.
El peculiar homenaje de la Sección 31 a TOS
Del basurero al rescate





Tras perder su nave espacial debido a un sabotaje, es la desagradable barcaza de basura la que finalmente se vuelve fundamental para salvar a la Federación Unida de Planetas. Irónicamente, esta nave encarna el mismo insulto ofrecido por Korax en la serie original cuando se refiere a la propia USS Enterprise como una «barcaza de basura».Es divertido presenciar cómo esta nave subestimada está a la altura de las circunstancias a pesar de su falta de estética.
Curiosamente, la nave mostrada en el preludio de Star Trek: Sección 31 no es la nave espacial esperada, sino más bien esta robusta barcaza de basura, un giro sorprendente que señala su papel crucial en la narrativa.
Con todo lo que está en juego en una carrera contrarreloj para evitar que una amenaza catastrófica caiga en manos enemigas, el equipo de la Sección 31 no tiene otra opción que utilizar lo que tiene a mano. A pesar de sus deficiencias, como escudos y armamento poco fiables, esta nave ofrece un rayo tractor funcional para recoger basura. El uso de los desechos de su casco para fabricar una bomba improvisada ilustra el ingenio nacido de la desesperación, lo que demuestra que, aunque no se parezca a la Enterprise, sin duda cumple su función.
El profundo afecto de Scotty por la empresa
“Fue una cuestión de orgullo”.

En el clásico episodio “El problema con los tribbles”, Scotty se siente más enfurecido por el comentario del klingon sobre que la USS Enterprise es similar a una barcaza de basura que por cualquier comentario despectivo dirigido al propio capitán Kirk. Reconoce el carácter del capitán, pero su apego emocional a la Enterprise es profundo, ya que ha invertido horas de esfuerzo en su ingeniería como ingeniero jefe. Para Scott, un desaire contra la nave se siente como una afrenta personal.
El estado mediocre del bote de basura que se ve en Star Trek: Sección 31 ilumina aún más la gravedad de la ofensa de Scotty. Comparar la nave espacial con un trozo de chatarra apenas funcional no es solo una crítica a la nave insignia de la Flota Estelar, sino un ataque implícito a la estimada reputación de Scotty como ingeniero. Si bien el bote de basura se convierte en un héroe improvisado en Star Trek: Sección 31, contrasta marcadamente con lo que representa la Enterprise para su tripulación y sus admiradores por igual.
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