
Este artículo no constituye asesoramiento de inversión. El autor no mantiene ninguna posición en las acciones analizadas.
Intel enfrentó una respuesta del mercado difícil tras anunciar unos resultados decepcionantes, lo que provocó una caída del 9, 4 % en el precio de sus acciones hoy. A pesar de superar las expectativas de ingresos de Wall Street (12 900 millones de dólares, frente a un consenso de 11 900 millones), el gigante tecnológico no alcanzó las estimaciones de beneficios por acción (EPS), registrando una pérdida de 0, 01 dólares en lugar de las ganancias previstas. Además, la compañía anunció importantes despidos que afectaron al 30 % de su plantilla como parte de una estrategia más amplia para reducir costes y optimizar las operaciones.
El escepticismo de JPMorgan respecto a la recuperación de Intel
Antes del anuncio de resultados de Intel, había un gran interés en Wall Street por los avances de la empresa en la fabricación de chips de próxima generación, en particular el esperado proceso 18A y el estado de la antigua tecnología 14A. Sin embargo, los resultados no impresionaron, ya que el director ejecutivo, Lip-Bu Tan, reveló planes para limitar las aplicaciones de la tecnología 18A exclusivamente a fines internos, lo que generó dudas sobre si el desarrollo de la tecnología 14A continuaría si Intel conseguía suficientes pedidos.
Esta situación genera incertidumbre sobre el modelo de negocio de fundición de Intel, lo que lleva a los analistas a cuestionar la rentabilidad del proceso 18A propuesto como un factor viable para el flujo de pedidos. Si bien el director financiero, David Zinsner, intentó tranquilizar a los inversores afirmando que la producción de la tecnología 18A se produciría por etapas y se espera que se mantenga a largo plazo, persisten las preocupaciones sobre la sostenibilidad de las operaciones de fundición de Intel.

Tras la publicación de resultados, JPMorgan presentó su análisis, que indica una tendencia a la baja continua para Intel, con las acciones en torno a los 20, 5 dólares, un 9 % menos al final de la tarde. Si bien JPMorgan ajustó ligeramente su precio objetivo para las acciones de Intel de 20 a 21 dólares, mantuvo una calificación de «Infraponderar», lo que refleja la preocupación constante sobre el futuro rendimiento de la empresa.
Una observación clave de la conferencia telefónica sobre resultados fue que los ingresos de Intel podrían haberse beneficiado de la anticipación de pedidos en respuesta al impacto de los aranceles. JPMorgan advirtió que esta urgencia en la colocación de pedidos podría provocar una menor demanda en el futuro, especialmente en el segundo semestre, ya que los clientes podrían haber acumulado chips de forma preventiva, lo que reduciría los pedidos futuros.
Además, la especulación sobre la transición a un modelo fabless (una estrategia que sugiere que Intel podría abandonar la fabricación directa de chips) ha generado dudas entre los inversores. El comentario de JPMorgan destacó la percepción de que Intel se enfrenta a una falta de claridad en su camino hacia la recuperación, lo que genera temores de posibles pérdidas de cientos de miles de millones en gastos de desarrollo.
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