Los editores afirman que los costes de producción de los juegos en línea serán prohibitivamente elevados si se implementan las propuestas de la iniciativa «Dejen de matar juegos».

Los editores afirman que los costes de producción de los juegos en línea serán prohibitivamente elevados si se implementan las propuestas de la iniciativa «Dejen de matar juegos».

Entendiendo la iniciativa Stop Killing Games

Para quienes se apasionan por la preservación de videojuegos, la iniciativa Stop Killing Games se ha convertido en un movimiento significativo. Esta campaña, impulsada por los consumidores, busca reunir suficientes firmas para proponer una nueva legislación al Parlamento del Reino Unido y a la Comisión Europea. La ley propuesta prohibiría a los editores y desarrolladores de juegos crear juegos que puedan desactivarse e inutilizarse sin previo aviso.

El problema de la obsolescencia programada

El sitio web Stop Killing Games destaca una tendencia preocupante: muchos videojuegos se venden sin fecha de caducidad clara, pero están diseñados para que no se puedan jugar una vez que el editor deje de apoyarlos. Esta práctica ejemplifica la obsolescencia programada, perjudicando a los consumidores y dificultando los esfuerzos por preservar la historia de los videojuegos.

Los orígenes del movimiento

Lanzada por el YouTuber Ross Scott, la iniciativa surgió tras la decisión de Ubisoft de cerrar The Crew. Esto catalizó un impulso para responsabilizar a los desarrolladores de juegos de la viabilidad a largo plazo de sus títulos. Cabe destacar que también hay una demanda en curso por el cierre de The Crew, pero esta es independiente de la petición más amplia que Scott inició.

Creciente apoyo y respuesta de la industria

Al principio, Scott celebró los primeros éxitos, especialmente cuando Ubisoft anunció la disponibilidad de versiones offline de The Crew 2 y The Crew Motorfest. Aunque aún no se sabe con certeza si la iniciativa «Dejen de Matar Videojuegos» influyó en esta decisión, el impulso continuó creciendo. Sorprendentemente, la petición reunió más de un millón de firmas, lo que demuestra un amplio apoyo a la causa.

Reacciones y preocupaciones de la industria

Ante el éxito de la petición, los editores de videojuegos expresaron colectivamente sus preocupaciones. Un comunicado de Video Games Europe expresó su agradecimiento por la pasión de la comunidad, pero enfatizó que la suspensión de los servicios en línea implica muchos factores y debe seguir siendo una opción para las empresas. Argumentaron que se notificaría a los jugadores con antelación sobre cualquier suspensión del servicio, afirmando que alternativas como los servidores privados presentan sus propios desafíos.

Scott refutó esta afirmación, aclarando que la iniciativa Stop Killing Games no busca impedir que las editoriales suspendan sus servicios en línea. En cambio, aboga por un enfoque responsable que preserve los derechos ya reconocidos a los consumidores.

El camino por delante

A pesar de un año de campaña sostenida, el impacto futuro de Stop Killing Games sigue siendo incierto. La fecha límite para la petición se acerca rápidamente, e incluso si tiene éxito, aún quedan más obstáculos legislativos por delante. No obstante, es evidente que los esfuerzos de Scott han dado visibilidad al tema en la industria, lo que podría impulsar cambios significativos en el desarrollo y la preservación de los videojuegos en línea.

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