
El anime nos presenta con frecuencia personajes que pueden evocar una fuerte antipatía. Esta aversión no siempre proviene de una villanía manifiesta; a menudo surge de sentimientos de traición, desperdiciando potencial o de la frustración de ver a un personaje profundamente desarrollado tomar un camino lamentable.
A lo largo de la serie Naruto, conecto con muchos héroes e incluso llego a apreciar personajes que al principio malinterpreté. Sin embargo, ciertos personajes persisten en mi mente, infundiéndome incomodidad debido a sus crueles acciones, promesas incumplidas y la sensación de que no todos los arcos de redención merecen perdón.
9 – Sabor
El padre que convirtió a su hijo en un monstruo

Rasa, el cuarto Kazekage, selló el Shukaku, una bestia de una cola, dentro de su hijo Gaara durante su infancia, con la intención de que se convirtiera en un arma para la aldea de la Arena. Desafortunadamente, el proceso de sellado falló, lo que llevó a Gaara a sucumbir a la influencia de la bestia. En una respuesta equivocada a las dificultades de Gaara, Rasa ordenó varios intentos de asesinato en su contra.
El daño que Rasa le infligió a Gaara fue profundo; sus acciones inculcaron un odio hacia sí mismo que moldeó la identidad de Gaara. Si bien hubo momentos de reconciliación durante la Cuarta Gran Guerra Ninja, con Rasa expresando su arrepentimiento, muchos fans, incluyéndome a mí, descubrimos que estas pocas disculpas no pudieron borrar el tormento que causó durante años.
8 – Sakura Haruno
Un crecimiento que llegó demasiado tarde

Inicialmente, Sakura era el objeto del afecto de Naruto, pero su desinterés se manifestó en condescendencia y manipulación emocional. Cabe destacar que, en una ocasión, fingió amor por él para evitar que persiguiera a Sasuke, lo que muestra una dinámica problemática.
Si bien la devoción de Sakura por Sasuke es indudablemente compleja, rozaba la obsesión, considerando sus repetidos despidos e incluso sus atentados contra su vida. Sin desanimarse, lo persiguió, convencida de que estaba destinada a estar con él.
Aunque finalmente se convirtió en una reconocida ninja médica y una formidable shinobi, su comportamiento anterior (incluidos los celos hacia Ino y la priorización de sus sentimientos sobre la seguridad de sus amigos) sigue siendo decepcionante y eclipsando su crecimiento.
7 – Cocina
Un potencial desperdiciado

Karin, con su impactante cabello rojo, a menudo me frustra más que me ofende. A pesar de ser una talentosa rastreadora y sanadora, su personaje se define abrumadoramente por su fascinación por Sasuke.
Su fijación la reduce a una caricatura; su comportamiento frenético con Sasuke le restó potencial como personaje. Lamentablemente, no logró superar esta obsesión obsesiva, lo que provocó fatiga en el espectador, ya que su trama giraba en torno a dramáticas declaraciones de amor sin un desarrollo genuino.
6 – Orochimaru
El depredador

Orochimaru encarna la crueldad, lo que hace que su supuesta redención resulte desconcertante. Su legado incluye actos viles como la experimentación con niños y el empleo de técnicas prohibidas para usurpar sus cuerpos, además de traicionar a Konoha y asesinar al tercer Hokage.
Aunque su afán de conocimiento podría considerarse admirable, los extremos a los que llegó para adquirir poder hacen que sus acciones sean imperdonables. Su falta de remordimiento hacia aquellos a quienes manipuló y atormentó lo consolida como una de las figuras más despreciadas de la serie.
5 – Zetsu Negro
El autor de la traición

Zetsu Negro despertó furia e intriga en los espectadores al revelar que Madara era solo un peón en un plan mucho mayor. Manipuló el odio de Indra hacia Asura, creó la maldición que afligió a los Uchiha y orquestó la creación de Akatsuki, todo lo cual culminó en la traición de Madara.
Al manipular los acontecimientos para incitar la Cuarta Gran Guerra Ninja, pretendía revivir a su madre, Kaguya, lo que culminó en una narrativa que parecía secuestrada. Las acciones de Zetsu atenuaron la agitación y los sacrificios de personajes clave, como Naruto e Itachi, intensificando el desprecio del público hacia él.
4-Kabuto Yakushi
Él creía que el poder lo sanaría

La crianza de Kabuto como espía bajo la tutela de Danzo, seguida de la mentoría de Orochimaru, lo condenó a una vida llena de engaños. Fingió lealtad a Konoha mientras traicionaba a la aldea desde dentro.
Su rol como mano derecha de Orochimaru implicó una crueldad indescriptible, incluyendo la inhumana técnica Edo Tensei, que enfrentaba a amigos. A pesar de un momento de revelación en el Izanami de Itachi, el daño irreversible que causó arruinó cualquier posibilidad de redención.
3 – Hanzo la Salamandra
El tirano

Alguna vez una figura legendaria, los últimos años de Hanzo estuvieron marcados por la paranoia y una obsesión agobiante por el control. Su miedo a los esfuerzos de paz de Yahiko, Konan y Nagato lo llevó a orquestar una trampa que resultó en la trágica muerte de Yahiko.
En última instancia, la muerte de Hanzo a manos de Nagato sirvió como justicia poética para un tirano cuyas acciones justificaban tal final.
2-Hiruzen Sarutobi
El hombre que miró hacia otro lado
El deseo de paz del tercer Hokage se vio a menudo eclipsado por su renuencia a exigir responsabilidades. Su liderazgo pasivo durante la masacre de los Uchiha, consciente de las oscuras manipulaciones de Danzo pero optando por la inacción, es motivo de decepción.
Aunque no fue directamente responsable de la tragedia, su falta de intervención permitió que se desarrollaran acontecimientos horribles, dejando a Naruto, el hijo de su antiguo alumno, a cargo del peso del odio de la aldea.
1 – Danzo
El arquitecto de atrocidades invisibles

El personaje de Danzo es siempre inquietante, sin importar cuántas veces vea Naruto. Su obsesión por el poder proyecta una larga sombra sobre casi todos los eventos devastadores en la historia de Konoha.
Orquestó la masacre del clan Uchiha obligando a Itachi a cometer un acto fratricida bajo el pretexto de la paz. Para afianzar aún más su poder, se implantó en su cuerpo el Sharingan robado del difunto clan Uchiha, lo que evidenciaba su decadencia moral.
Además, la manipulación de Danzo hacia niños soldados, como Sai, los despojó de su identidad y humanidad, reforzando su imagen de auténtico villano. Su autoengaño como protector de la aldea convierte su eventual derrota a manos de Sasuke en un momento narrativo profundamente satisfactorio.
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