Mujercitas: la interpretación de Florence Pugh convierte a Amy March en un personaje agradable para los críticos

Mujercitas: la interpretación de Florence Pugh convierte a Amy March en un personaje agradable para los críticos

La adaptación de Greta Gerwig de Mujercitas en 2019 ha sido aclamada por su innovadora interpretación de la novela clásica de Louisa May Alcott, destacando particularmente la distintiva interpretación de Amy March por parte de Florence Pugh. Históricamente, Jo March, la ambiciosa segunda hermana, ha sido celebrada como la heroína principal, mientras que Amy, la más joven, a menudo ha enfrentado el desdén entre los lectores y los fanáticos.

El enfoque de Gerwig trasciende el mero reparto; cambia inteligentemente la estructura narrativa de cronológica a no lineal, enriqueciendo la experiencia de contar la historia. Esta elección le permitió a Pugh, junto con talentosos coprotagonistas como Saoirse Ronan y Timothée Chalamet, ofrecer actuaciones estimulantes. Sorprendentemente, la interpretación de Pugh le valió una nominación al Oscar, un logro significativo dada la reputación negativa que el personaje tiene desde hace mucho tiempo.

Por qué a los fans de Mujercitas no les gusta Amy en la novela original

La infamia de Amy: la quema del manuscrito de Jo y el matrimonio con Laurie

Amy March (Florence Pugh) vestida de negro, con el ceño fruncido, en Mujercitas

Amy March, la más joven de las hermanas March, muestra rasgos que suelen verse en los hermanos menores. Al comienzo de la novela, tiene solo 12 años y está preocupada por convertirse en una jovencita refinada. A pesar de los modestos medios de su familia, Amy sueña con bailes glamorosos, vestidos elegantes y un estatus social elevado. Sin embargo, su naturaleza un tanto malcriada se hace evidente cuando sus hermanas deciden donar su desayuno de Navidad, un gesto que Amy inicialmente lucha por apoyar.

Aunque algunos lectores podrían atribuir su petulancia a su edad, las acciones de su personaje inspiran un odio más profundo. En una escena memorable, toma represalias contra Jo arrojando al fuego el manuscrito que tanto le costó conseguir , un acto profundamente hiriente que subraya su afán vengativo a pesar de su juventud. Aunque Jo y Amy finalmente encuentran perdón, este momento cruel crea una impresión duradera que a muchos lectores les resulta difícil pasar por alto.

La transformación de Amy: el impacto de Florence Pugh en el personaje

Pugh destaca el crecimiento y el autodescubrimiento de Amy

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Para transformar a Amy en un personaje más cercano, fueron necesarios varios cambios en la adaptación cinematográfica. Principalmente, Amy es retratada como una adolescente durante los flashbacks, lo que permite a los espectadores percibirla como una persona en desarrollo en lugar de simplemente una niña malcriada. Esta representación logra un equilibrio entre el reconocimiento de sus defectos juveniles y su bondad inherente.

La actuación de Pugh es clave para presentar una figura más compleja. En el papel de la joven Amy, capta tanto la inmadurez del personaje como su calidez subyacente. Al madurar, la interpretación de Pugh revela a una mujer joven con fuertes convicciones y conciencia de sí misma , lo que permite que el público se identifique con las luchas y ambiciones de Amy.

La subtrama romántica que involucra a Amy y Laurie también se beneficia de la interpretación matizada de Pugh. En el libro original, su relación se desarrolla en gran medida fuera de la pantalla, lo que hace que sea más difícil para los lectores sentir que su amor es auténtico. Sin embargo, en la película de 2019, la química entre Pugh y Chalamet es palpable, lo que enriquece la comprensión de los espectadores sobre su vínculo.

La refrescante perspectiva de Gerwig sobre Amy March

Amy Pugh: una perspectiva feminista sobre el matrimonio

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La adaptación de Gerwig comienza con las hermanas ya adultas, una elección inteligente que muestra su crecimiento y evolución. Una de las primeras escenas muestra a Amy pintando en París, donde inesperadamente se reencuentra con Laurie. Su evidente conexión sienta las bases para un romance más creíble, que permite a los espectadores apreciar el desarrollo de su relación antes de examinar la relación de Jo con Laurie.

Además, la película redefine las motivaciones de Amy respecto del matrimonio. A diferencia del libro, donde las aspiraciones de Amy están en gran medida ligadas a la riqueza, en la película ella pronuncia un discurso feminista en el que critica las presiones sociales que se ejercen sobre las mujeres para que se casen por seguridad económica . Este cambio narrativo reconoce la influencia de su tía March, que enfatiza la necesidad de que Amy encuentre un marido rico para asegurar el futuro de la familia.

Al darle profundidad al personaje de Amy, el guion de Gerwig presenta su lucha desde una perspectiva más cercana. Ya no es solo la chica superficial que busca riquezas; en cambio, lidia con su identidad mientras intenta forjar su camino en un mundo dominado por sus hermanas mayores.

La actuación de Florence Pugh: un referente para Amy March

Análisis comparativo de las representaciones de Amy March

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A lo largo de los años, Mujercitas ha inspirado numerosas adaptaciones, cada una de las cuales presenta distintas interpretaciones de sus personajes. La adaptación de 1933, con Katharine Hepburn como Jo y Joan Bennett como Amy, destaca la interpretación de Bennett como recatada, pero en última instancia eclipsada por la actuación imponente de Hepburn.

La versión de 1994, ampliamente reconocida antes de la película de 2019, presenta a Amy como una niña interpretada por Kirsten Dunst. Desafortunadamente, Dunst encarna los rasgos más desagradables de Amy, retratándola como una niña mimada y superficial. La Amy adulta, interpretada por Samantha Mathis, carece de profundidad y, a menudo, solo actúa como el interés amoroso de Laurie.

La interpretación que Florence Pugh hace de Amy se aleja de las interpretaciones anteriores. Si bien conserva la ambición de una vida mejor, la presenta con sinceridad en lugar de con codicia. En particular, cuando Jo critica sus sueños de ser una artista reconocida como “groseros”, Amy afirma con valentía su derecho a perseguir sus deseos, una declaración que resuena con los ideales feministas modernos. La evolución del personaje de Amy en esta adaptación fue necesaria y hábilmente ejecutada a través de la notable actuación de Pugh.

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