
Studio Ghibli no es solo un estudio de animación; es un capítulo monumental en la historia del éxito cinematográfico. Cofundado en 1985 por los visionarios Hayao Miyazaki e Isao Takahata, Ghibli ha cultivado un legado extraordinario caracterizado por una intrincada técnica de dibujo a mano, una narrativa profundamente emotiva y una profunda reverencia por la naturaleza, la infancia y el complejo espectro de las emociones humanas.
En un panorama donde muchos creadores de anime buscaban tendencias pasajeras y viabilidad comercial, Ghibli optó por un enfoque más reflexivo y duradero. El estudio abrazó la idea de que el público, especialmente los más jóvenes, pudiera conectar con temas de tristeza, apreciar la belleza del silencio y navegar por las complejidades de las incertidumbres de la vida. A continuación, destacamos algunas de las obras más icónicas del estudio.
7 Castillo en el cielo
Donde los sueños se elevan entre las nubes

Estrenada en 1986, El Castillo en el Cielo marca la primera película de Studio Ghibli y sienta las bases de su identidad artística. Dirigida por Hayao Miyazaki, esta película no fue solo una introducción; fue una proclamación de la intención creativa. Con amplias vistas aéreas y una fantasía industrial, encapsula temas de inocencia entrelazados con la lucha contra la opresión.
La narrativa se centra en Pazu, un joven minero, y Sheeta, una niña que desciende del cielo, con su seguridad atada a un misterioso amuleto levitante. Su aventura los lleva a Laputa, una mítica ciudad flotante que se creía desierta desde hacía tiempo, pero que rebosa de vida. Lo que inicialmente parece una simple escapada infantil pronto se transforma en un análisis profundo de sociedades perdidas, ambición imperial y avances tecnológicos desenfrenados.
El mundo retratado en El Castillo en el Cielo combina a la perfección elementos mecánicos y orgánicos, caracterizado por grandes dirigibles y ciudades impulsadas por el viento entre los verdes vestigios de civilizaciones antaño prósperas. Miyazaki se inspiró en Los Viajes de Gulliver y en las comunidades mineras galesas que conoció durante un período de conflicto laboral, temas que resuenan con claridad en la representación que la película hace de los héroes de la clase trabajadora y la resistencia contra la explotación sistémica.
6 Nausicaa del Valle del Viento
La última esperanza de la naturaleza con un arma y un corazón

Estrenada en 1984, Nausicaä del Valle del Viento prefiguró la filosofía de Studio Ghibli mucho antes de su fundación oficial. Aunque fue producida por Topcraft, su éxito monumental permitió a Miyazaki y al productor Toshio Suzuki fundar Studio Ghibli poco después, convirtiendo esta película en una piedra angular de su fundación creativa.
Con un trasfondo distópico envuelto en la «Jungla Tóxica», una tierra salvaje mutada habitada por insectos colosales y esporas dañinas, la humanidad lucha por sobrevivir en enclaves dispersos, provocando a menudo conflictos por la escasez de tierra habitable. En el centro de este paisaje devastado se encuentra Nausicaa, la princesa de un tranquilo valle, quien posee una extraordinaria afinidad por los habitantes de la selva.
Lo que hace de Nausicaä un filme inolvidablemente impactante es su sutil visión del ambientalismo, que evita adherirse a clichés fáciles de digerir. Nausicaä encarna el pacifismo y la resiliencia; aboga por la paz al tiempo que toma posición, ya sea empuñando un rifle o surcando cielos turbulentos en su planeador. Esta película representa con maestría la diplomacia como una potente forma de resistencia.
La narrativa, basada en el manga homónimo de Miyazaki, profundiza mucho más de lo que permiten las dos horas de duración de la película, presentando una historia compleja y oscura, rica en comentarios políticos. Sin embargo, incluso la película animada ofrece una trama notablemente completa y satisfactoria.
5 El castillo ambulante
Donde los corazones encuentran hogar en los lugares más inesperados

En 2004, El castillo ambulante surgió como una de las películas visualmente más impactantes de Studio Ghibli, una hazaña difícil de lograr entre sus pares.
Esta adaptación, basada libremente en la novela de Diana Wynne Jones, sigue a Sophie, una joven maldecida con una apariencia anciana por una bruja rencorosa. Su camino la lleva al encantador castillo ambulante de Howl, un extravagante mago con un pasado misterioso.
Lo que inicialmente se percibe como un cuento de hadas caprichoso se transforma en una crítica contundente de la guerra. El implacable conflicto que se desarrolla en segundo plano se presenta con crudeza: crudo, absurdo y devastador. A través de Aullido, Miyazaki canaliza su descontento con el ambiente político durante la guerra de Irak, explorando temas como el militarismo y la importancia de resistirlo, incluso cuando esa resistencia se manifiesta en el fomento de las relaciones personales.
La gran aclamación de esta película incluyó una nominación al Óscar a la Mejor Película de Animación y fue galardonada en numerosos festivales internacionales de Europa y Asia. En Francia, triunfó en taquilla, superando incluso a varias producciones destacadas de Hollywood.
4 La princesa Mononoke
Los lobos nunca fueron los villanos

Estrenada en 1997, La Princesa Mononoke marcó un antes y un después en la cultura cinematográfica japonesa. En su estreno, ostentaba el título del anime más caro producido y se convirtió en la película más taquillera de Japón hasta que fue superada por Titanic.
En un contexto medieval donde la humanidad y la naturaleza se encuentran en conflicto, la narrativa se abstiene de ofrecer resoluciones simplistas. Ashitaka, un príncipe maldecido por una herida mortal, busca la armonía entre las fuerzas enfrentadas, pero descubre que ambas facciones albergan tanto méritos como defectos. Lady Eboshi actúa como una industrial pionera en lugar de una antagonista tradicional, mientras que la diosa loba Moro encarna la ferocidad protectora, luchando por la supervivencia de su reino.
Lo que eleva a La Princesa Mononoke es su negativa a simplificar sus temas. En lugar de enmarcar la historia como una dicotomía, presenta un entramado de complejidades: la defensa del medio ambiente entrelazada con la supervivencia existencial, la tradición contra la modernidad y las deidades lidiando con la mortalidad.
Enriquecida por la evocadora banda sonora de Joe Hisaishi, la esencia emocional de la película resuena profundamente, especialmente en los momentos conmovedores que se desarrollan con el inquietante telón de fondo del bosque. Incluso décadas después, es un clásico en los estudios de cine y humanidades ambientales.
3 El niño y la garza
La retorcida despedida de un niño pájaro

Estrenada en 2023, El niño y la garza ha sido anunciada como el supuesto último largometraje de Hayao Miyazaki. Sin embargo, esta película se siente marcadamente diferente a las anteriores declaraciones de retiro. Con siete años invertidos en su creación y rodeada de secretismo, cautiva con su ambición y profunda resonancia emocional, encapsulando la esencia de Ghibli.
La narrativa explora a Mahito, un niño que lidia con el dolor tras la muerte de su madre durante la Segunda Guerra Mundial. Esta película entrelaza la fantasía con temas autobiográficos, reflejando las propias experiencias formativas de Miyazaki y sus complejos vínculos con el Japón de la guerra.
La animación es realmente impresionante, aunque impregnada de melancolía. Un tapiz de imágenes inquietantes, que incluye pelícanos sangrantes y periquitos imponentes, crea un paisaje onírico que oscila entre la pesadilla y la ensoñación. En lugar de ofrecer respuestas directas, Miyazaki anima al público a reflexionar y procesar la multitud de sensaciones que evoca la película.
Esta joya cinematográfica obtuvo el Premio de la Academia a la Mejor Película de Animación en los Oscar de 2024, consolidando aún más la posición de Miyazaki como una figura legendaria en la historia de la animación.
2 La tumba de las luciérnagas
Las llamas que iluminan la sombra más oscura de la guerra

La tumba de las luciérnagas (1988) trasciende la fantasía; representa la propuesta más desgarradora del Studio Ghibli, una experiencia que probablemente dejará a los espectadores en un silencio reflexivo mucho después de verla.
Dirigida por Isao Takahata, esta película narra la trágica historia de los hermanos Seita y Setsuko, quienes luchan por sobrevivir en Kobe tras la devastación causada por los bombardeos estadounidenses en los últimos días de la Segunda Guerra Mundial. Esta narrativa carece de villanos y retrata la cruda realidad del hambre, el miedo y un mundo indiferente a la difícil situación de los niños.
La visión de Takahata es profundamente personal, inspirada en sus propios recuerdos de infancia y en el relato semiautobiográfico de Akiyuki Nosaka. El estilo de animación es sencillo, pero el impacto emocional es asombroso. La muerte de Setsuko se desarrolla como un momento tranquilo y desgarrador, narrado con ternura, contención y una carga insoportable.
Inicialmente, la película no alcanzó el éxito comercial, pero su legado floreció con el tiempo. El reconocido crítico Roger Ebert la elogió como «una de las mejores películas bélicas jamás realizadas», referencia frecuente en los debates sobre el coste humano de la guerra, tanto en Japón como a nivel mundial.
A menudo se proyecta junto a Mi vecino Totoro, no por contraste, sino para yuxtaponer la coexistencia de luz y sombra en las primeras obras de Ghibli. Una vez experimentada, su narrativa perdura eternamente.
1 El viaje de Chihiro
La casa de baños que limpió el mundo

El viaje de Chihiro (2001) no sólo es la película más aclamada de Studio Ghibli, sino que también es venerada como una de las mejores obras animadas de la historia del cine.
La narrativa sigue a Chihiro, una niña de diez años desencantada que se topa con una casa de baños mística operada por dioses y espíritus, donde sus padres se transforman en cerdos. Para recorrer este reino mágico y rescatar a su familia, consigue empleo con Yubaba, la formidable bruja, aprendiendo lecciones vitales sobre la identidad, el crecimiento personal y la importancia de luchar por los propios valores.
Visualmente, la película es una obra maestra, cada fotograma está elaborado con esmero, con faroles luminosos, deidades fluviales enmascaradas y juguetones espíritus de hollín trabajando con carbón. La casa de baños funciona como un ecosistema vibrante, rebosante de personajes extraños y emociones ocultas.
Tras su estreno, El viaje de Chihiro batió récords de taquilla en Japón, eclipsando a Titanic y convirtiéndose en la película más exitosa de la historia japonesa. Recibió el Premio de la Academia a la Mejor Película de Animación en 2003, siendo la primera vez que una película dibujada a mano y en una lengua distinta al inglés recibía este galardón.
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