
Hay momentos excepcionales en nuestras vidas que encarnan la esencia de ser estadounidense y, para mí, dos se destacan: presenciar Top Gun: Maverick y vivir la electrizante actuación de Lady Gaga durante el Super Bowl. Estos momentos no solo demuestran entretenimiento, sino también un poderoso sentido de unidad y orgullo.
Lady Gaga abrió la transmisión del Super Bowl con su conmovedora canción “Hold My Hand”, y transmitió un impactante mensaje de esperanza y resiliencia a la nación. Mientras Michael Strahan y Tom Brady caminaban junto a otros íconos de la NFL, incluido el legendario Terry Bradshaw de los Pittsburgh Steelers, hablaron sobre los trágicos ataques terroristas en Nueva Orleans a principios de este año, junto con los efectos devastadores de los desastres naturales en regiones como Carolina del Norte y el sur de California.
La implicación de su discurso era inequívoca: los estadounidenses somos una fuerza indomable, capaces de unirnos a pesar de nuestras diferencias, en particular durante acontecimientos culturales importantes como el Super Bowl. Me pareció particularmente conmovedor que Gaga eligiera cantar una balada de Top Gun: Maverick, una película que evocó en mí un profundo sentido de patriotismo, tal vez más que cualquier otra en mi memoria reciente.
En el centro del escenario de Bourbon Street, Gaga cautivó al público con su sentida interpretación, invitando a todos los que estaban a su alrededor a unirse a ella. Fue un testimonio del espíritu comunitario que nos une como nación.
Algunos pueden considerar que es demasiado sentimental encontrarle un significado a una canción de una película de Tom Cruise, pero no se puede negar la emoción que evoca (esperanza, alegría y reafirmación de la identidad estadounidense).Tal vez esa sea simplemente la magia que sentí después de ver Maverick en el cine.
El espíritu americano de Bourbon Street
A menudo, en momentos impredecibles, me invade una oleada inexplicable de orgullo patriótico. No es raro que estos sentimientos surjan durante los Juegos Olímpicos o en respuesta a las críticas de otras naciones. Este mismo sentimiento me invadió cuando vi por primera vez Top Gun: Maverick y resurgió cuando la vi en 4DX, en un avión o incluso en casa. Cada vez que lo vi, esa película despertó en mí una calidez interior: un sentimiento de orgullo por un país que a menudo se ve sumido en sus propios desafíos.
En vista de los muchos problemas urgentes que enfrenta nuestra nación hoy en día, la actuación de Gaga sirvió como un conmovedor recordatorio de mi amor por ser estadounidense, a pesar de las frustraciones que a veces siento por nuestro país. Cuando importa, nos mantenemos unidos: ofrecemos apoyo a los estados devastados por desastres, nos unimos a nuestros equipos durante partidos llenos de entusiasmo y celebramos nuestra identidad compartida.
No importa dónde esté, solo pensar en Top Gun: Maverick me llena de una necesidad abrumadora de gritar “¡USA! ¡USA! ¡USA!”, incluso en medio del vibrante caos de Bourbon Street el domingo del Super Bowl.
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