Explicación del espectáculo de medio tiempo del Super Bowl de Kendrick Lamar: aquí no hay confusión

Explicación del espectáculo de medio tiempo del Super Bowl de Kendrick Lamar: aquí no hay confusión

Como artista de inmensa estatura, es comprensible que Drake considere pasar desapercibido después de que un estadio entero cante a viva voz letras que sugieren que ama a “una menor de edad”.En medio de los comentarios humorísticos dirigidos contra él, la reciente actuación de Kendrick Lamar en el Super Bowl surgió como una declaración política significativa.

Las redes sociales se llenaron de comentarios sobre el supuesto declive de Drake, especialmente a la luz de la incorporación por parte de Kendrick de su disputa en curso, incluidas notables disputas legales, en su actuación. Sin embargo, junto con estas críticas personales, el acto de Kendrick abordó temas sociales importantes como el racismo, la esclavitud y el alarmante resurgimiento de la supremacía blanca.

Un mensaje político amplificado

Kendrick no intentó suavizar su mensaje y abrió su actuación con un guiño a las impactantes palabras de Gil Scott-Heron: “La revolución está a punto de ser televisada. Eligieron el momento adecuado, pero al tipo equivocado”.Esta conmovedora introducción, especialmente con el recién investido presidente presente, subrayó la intencionalidad detrás de su actuación, que ha criticado constantemente las injusticias sistémicas, incluidas las perpetradas por Trump, como lo ha hecho en temas anteriores.

Descifrando el simbolismo del Tío Sam

Samuel L. Jackson hizo una sorprendente aparición como caricatura del Tío Sam, una figura histórica que se utiliza a menudo para promover el patriotismo estadounidense y las campañas militares. Sin embargo, este personaje también tiene un legado más oscuro: respalda la supremacía blanca y descuida las vidas de los negros, algo que Kendrick reconoció durante su actuación.

Durante la interpretación de Kendrick de “Squabble Up”, el personaje del Tío Sam criticó audazmente la música, calificándola de “demasiado ruidosa, demasiado imprudente, demasiado gueteña”.Este comentario no solo refleja prejuicios raciales, sino que también pone de relieve cómo el rap, una forma de arte profundamente arraigada en la cultura negra, a menudo se descarta como inferior. Irónicamente, la crítica se originó a partir de un actor negro que interpretaba al Tío Sam, lo que agrega capas a esta compleja interpretación.

El arte como medio de protesta

La representación del Tío Sam en este contexto sociopolítico no es casual. Durante el mandato de Trump, hubo un ataque notorio a los programas de Diversidad, Equidad e Inclusión (DEI) destinados a abordar la discriminación sistémica en las prácticas de contratación. Para aumentar esta tensión, Elon Musk, un estrecho colaborador de Trump, pareció hacer un polémico saludo nazi durante un acto público, un gesto que recibió una aprobación preocupante de las facciones supremacistas blancas.

La actuación de Kendrick se desarrolló en medio de un telón de fondo de una enorme bandera estadounidense formada por bailarines negros, que recordaba al patio de una prisión, enviando un duro mensaje de resistencia contra la opresión sistémica de las personas negras. Concluyó su actuación con fuerza diciendo: “40 acres y una mula: esto es más grande que la música. Intentaron amañar el juego, pero no pueden fingir influencia”.Este conmovedor recordatorio de las promesas de igualdad incumplidas resuena profundamente en medio de las órdenes ejecutivas actuales que amenazan la igualdad de oportunidades.

Señales perdidas en un panorama caótico

La actuación de Kendrick estuvo llena de significados, pero pareció que ni siquiera el presidente Trump la reconoció como una crítica a su administración. En cambio, parecía preocupado por el espectáculo de los abucheos a Taylor Swift durante el partido. Si realmente comprendiera las implicaciones del arte de Kendrick, probablemente reaccionaría vocalmente en plataformas como Truth Social.

Sin embargo, muchos usuarios de las redes sociales recurrieron a plataformas como X para hablar del papel de Kendrick como «narrador político».Los observadores notaron el denso simbolismo entretejido a lo largo de su acto, destacando cómo su mensaje resonaba con problemas sociales más amplios, incluso si el enfoque en su rivalidad con Drake lo eclipsaba un poco.

Si bien las metáforas matizadas y las referencias indirectas de Kendrick pueden haber oscurecido la claridad, sin duda alentó al público a participar reflexivamente en su mensaje. En última instancia, la importancia de su actuación no debe pasarse por alto en medio de la charla que lo rodea.

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