
Incluir aceite de oliva en la dieta tiene muchos beneficios para la salud. Pero el aceite de oliva tiene un contenido calórico muy alto y, por tanto, debe utilizarse con moderación. Usar Aceite de Oliva Virgen Extra (AOVE) es aún mejor, ya que está menos procesado y contiene más ingredientes naturales.
El aceite se produce triturando o prensando aceitunas enteras. Se puede utilizar ampliamente a la hora de cocinar. Se puede utilizar para hacer pasta, ensaladas y en todo tipo de platos y cocinas, ya que tiene muchos beneficios para la salud.
Existen tres variedades o grados de este aceite: virgen extra, virgen y refinado (ligero). La cantidad de procesamiento que sufren antes de ser embotellados y vendidos determina la etiqueta que se les aplica. De los tres, el aceite de oliva refinado es el que más se procesa.
El Aceite de Oliva Virgen Extra (AOVE) y su impacto en el cuerpo humano

Los estudios han demostrado que agregar AOVE a su dieta puede reducir el riesgo de sufrir enfermedades cardíacas, ya que ayuda a mantener baja la presión arterial. Incluso reduce el riesgo de sufrir accidentes cerebrovasculares. El ácido oleico del aceite de oliva actúa como antiinflamatorio y reduce la inflamación, reduciendo así las posibilidades de enfermedades crónicas en el cuerpo.
Al tener un alto contenido de antioxidantes, el aceite previene o retarda el daño en el cuerpo humano y reduce el riesgo de enfermedades.
Algunos de los nutrientes de este aceite también combaten las bacterias dañinas y las destruyen, reduciendo así las posibilidades de enfermedades crónicas como el cáncer y sus muchos tipos. Los estudios también han demostrado que tener una dieta mediterránea rica en aceite de oliva puede estimular nuestro cerebro y ayudarnos a pensar con claridad, comprender y recordar mejor.
El uso de este aceite en particular está aumentando debido a sus beneficios adicionales para la salud, particularmente en el caso del aceite de oliva virgen extra. Estos beneficios para la salud están relacionados principalmente con la actividad antioxidante del aceite de oliva, sus buenos efectos sobre la proliferación de microbios beneficiosos, su efecto positivo en la supresión de patógenos transmitidos por los alimentos y sus componentes que promueven la salud, como los polifenoles, tocoferoles y carotenoides.
Sumando todas estas cualidades, el AOVE es ampliamente considerado como uno de los aceites comestibles más saludables. El consumo de este aceite se ha relacionado con varios beneficios para la salud, incluida la prevención de la hipertensión, la obesidad, el síndrome metabólico y muchas más enfermedades.

Beneficios añadidos de consumir AOVE
El AOVE es la opción más saludable para cocinar y consumir. Aunque el aceite tiene un alto contenido de grasa, esa grasa es principalmente grasa monoinsaturada saludable para el corazón. Seleccionar este aceite en particular en lugar de mantequilla y otras alternativas puede disminuir el colesterol y mejorar la salud del corazón. Además, el AOVE puede favorecer la salud del tracto digestivo.
La acidez de estómago, también conocida como enfermedad de reflujo, puede ocurrir al consumir comida rápida y alimentos ricos en grasas. Una sensación de ardor en la garganta, el estómago o el esófago es el sello distintivo de la acidez de estómago. Esto es causado por un exceso de ácido en el cuerpo cuando intenta descomponer estos tipos de alimentos malos.
Tener este aceite puede disminuir la liberación de ácido del estómago, previniendo así la acidez de estómago o cualquier enfermedad similar que surja del intestino.

El AOVE y su Impacto en el Intestino
Las bacterias buenas de las aceitunas, conocidas como microbiota, son microorganismos que existen en todo el sistema digestivo. Su cantidad y salud están relacionadas con la salud intestinal general. Los polifenoles en el aceite de oliva aumentan la cantidad de bifidobacterias y otras bacterias buenas en el intestino. Podría tener un impacto positivo sobre el colesterol y la obesidad, ya que aumentan la sensación de saciedad, lo que hace que las personas coman menos y se mantengan saciadas.
Esto contribuye a la pérdida de peso y a un cuerpo sano. Aparte de las aceitunas, el aceite de linaza, el aceite de semilla de calabaza, el aceite de sésamo, el aceite de semilla de cártamo, el aceite de semilla de girasol y el aceite de semilla negra también se pueden consumir para un intestino sano.
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