¿Podemos permitir que la película de Barbie se destaque por sí sola?
En 2023, la película Barbie de Greta Gerwig arrasó en todo el mundo con una narrativa que invita a la reflexión y que gira en torno al autodescubrimiento, las cuestiones existenciales, la misoginia y la esencia de la feminidad. La película culmina con una escena transformadora en la que Barbie sale de Barbieland y entra en el reino humano para experimentar la vida como una mujer normal. Este viaje marca su crecimiento desde la búsqueda de la perfección hasta la aceptación de las complejidades y las luchas de la feminidad, lo que proporciona una conclusión profundamente satisfactoria.
Sin embargo, los rumores indican que podría haber una secuela en marcha. Pero ¿realmente la necesitamos? Mi postura es un rotundo no.
Posible secuela en desarrollo
Según The Hollywood Reporter , Greta Gerwig y Noah Baumbach están colaborando actualmente en una secuela de la querida película. Si bien todavía está en las primeras etapas, se dice que el dúo ha conceptualizado una historia y se la ha presentado a Warner Bros.
Sin embargo, tanto el estudio como los representantes de Gerwig y Baumbach han negado estas afirmaciones, afirmando que la información es errónea y que «la información de THR es inexacta». Solo podemos esperar que estas negaciones sean ciertas.
¿Es necesaria una secuela?
La pregunta que persiste es si una secuela de Barbie está realmente justificada. La película original retrató hábilmente las intensas presiones que enfrentan las mujeres: las expectativas de ser atractivas, estar en forma y ser positivas, todo ello al mismo tiempo que se equilibran la ambición, la determinación y las cualidades de cuidado.
Estos ideales poco realistas empujan a Barbie a un dilema existencial, que la lleva al mundo real junto a Ken. La película también desafía las normas sociales, ilustrando cómo una estructura matriarcal puede ser tan problemática como una patriarcal. Después de transitar por ambos entornos, los personajes deciden transformar Barbieland en un lugar de igualdad, abogando por un mejor trato tanto para las Barbies como para los Kens.
En la resolución de la película, Barbie acepta su humanidad y decide abandonar la fachada de muñeca perfecta para vivir una vida auténtica, simbolizada por actividades cotidianas como visitar a un ginecólogo. Este momento crucial enfatiza su aceptación de la mortalidad, un tema central en su viaje.
Dada esta impactante resolución, ¿qué propósito tendría una secuela? El arco narrativo parece completo: Barbieland ha alcanzado la igualdad y Ken está en busca de una identidad propia independiente de Barbie. Por lo tanto, parece que hay pocas razones para que Barbie regrese.
Aunque ver a Barbie desenvolverse en la vida como Barbara Handler en el mundo real puede ser entretenido, es poco probable que tenga tanta repercusión como la película original. La ausencia del caos de Barbieland o del discurso empoderador de Gloria (America Ferrera) sobre la feminidad solo diluiría el impacto potencial de la secuela. En definitiva, representar la existencia mundana de Barbara no prepara el terreno para un éxito de taquilla convincente.
Dejemos que Barbie encuentre su paz y nos concentremos en crear nuevas películas con protagonistas femeninas empoderadas que se enfrentan a diversos desafíos. Hacer una secuela puede parecer una forma de aprovechar el éxito de la original y socavar la importancia de la primera película. Es hora de dejar que Barbie descanse y viva su vida.
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