
La extensa investigación, que duró más de seis años, vio frustrados constantemente los esfuerzos policiales por resolver un caso complejo. Sin embargo, un avance reciente ha surgido con la recuperación de un iPad del río Támesis, cinco años después de haber sido desechado. Este descubrimiento ha sido fundamental para la detención de tres personas implicadas en diversos delitos, incluyendo un intento de asesinato. Este artículo profundiza en las intrigantes circunstancias que rodearon cómo un dispositivo aparentemente inútil se convirtió en una prueba clave en este caso.
La conexión con uno de los robos a mano armada más grandes de la historia
Para comprender la importancia del iPad recuperado, debemos remontarnos a 2006, cuando Paul Allen fue condenado por su participación en uno de los mayores robos a mano armada conocidos hasta la fecha. Junto con siete cómplices, Allen participó en el robo de aproximadamente 68 millones de dólares de un depósito de seguridad del Banco de Inglaterra, una instalación destinada al almacenamiento de moneda antigua destinada a ser destruida.
Aunque podrían haber robado aún más, la falta de transporte más grande limitó su cargamento. Afortunadamente para las fuerzas del orden, Allen fue detenido y condenado a 18 años de prisión. Fue liberado anticipadamente en 2016, tras cumplir menos de la mitad de la condena. Según informes de 9to5Mac, los problemas de Allen se agravaron en 2019 cuando sobrevivió a un tiroteo en su residencia, lo que le provocó parálisis del pecho para abajo.
Mientras tanto, la investigación policial se centró en una serie de delitos aparentemente no relacionados que involucraban a otro trío de delincuentes conocidos por sus incursiones en robos a museos. Sus actividades terminaron cuando intentaron subastar antigüedades robadas, incluyendo tres valiosas piezas de la dinastía Ming del siglo XIV: un jarrón de granada, una copa de vino estilo doucai y un cuenco de porcelana. Estos artículos tenían una valoración combinada, según el seguro, de alrededor de 2, 8 millones de libras esterlinas, equivalentes a aproximadamente 3, 64 millones de dólares.
Una vez que la casa de subastas reconoció que las antigüedades eran robadas, notificó a las autoridades, quienes iniciaron la búsqueda de los sospechosos. Las pruebas de ADN finalmente vincularon a estos individuos con el tiroteo en el que Allen estuvo involucrado, y las declaraciones de un sospechoso llevaron a los investigadores a un coche de huida que se había detenido brevemente cerca del río Támesis. Durante la búsqueda en esa zona, la policía descubrió el iPad sumergido.
Tras examinar el dispositivo, los equipos forenses limpiaron el dispositivo y descubrieron una bandeja para tarjeta SIM que contenía una tarjeta SIM de Vodafone. El análisis del historial de llamadas de la tarjeta proporcionó evidencia crucial que implicaba a tres hombres: Louis Ahearne, Stewart Ahearne y Daniel Kelly. Esta tarjeta SIM estaba conectada a un rastreador GPS utilizado para monitorear el vehículo de Allen. Apenas un mes antes, este trío también había participado en el robo a un museo, lo que mostraba un claro patrón de actividad delictiva.
Es evidente que sin el iPad, la clave, las autoridades podrían haber seguido buscando pistas con escaso o ningún resultado, lo que podría llevar al abandono del caso. En cambio, se nos presenta una narrativa apasionante de crimen y justicia. Para más detalles, puede explorar información adicional en la BBC.
Fuente: Wccftech
Deja una respuesta ▼