El diseñador de producción François Audouy aporta una gran experiencia a los dramas de época, ya que anteriormente había trabajado en títulos como Air y Ford v Ferrari . Sin embargo, sus habilidades se enfrentaron a un desafío importante con la película nominada al Oscar de Searchlight Pictures, A Complete Unknown , donde se le encomendó recrear lugares icónicos relacionados con la música, vitales para representar la esencia de la época.
El género de las películas biográficas musicales ha ganado una fuerza considerable en los últimos años, con éxitos aclamados por la crítica como Bohemian Rhapsody y Rocketman, que se han ganado un lugar en la taquilla y han despertado el cariño del público. Estas películas resuenan profundamente tanto en los fans como en los nuevos espectadores cuando se elaboran con cuidado. Por lo tanto, era inevitable que finalmente surgiera una película biográfica que narrara la vida de Bob Dylan.
En A Complete Unknown, Timothée Chalamet interpreta el papel fundamental del legendario cantautor. La narración se adentra en el rápido ascenso de Dylan a la fama y retrata momentos clave de su trayectoria, como su vínculo con Woody Guthrie (interpretado por Scoot McNairy) y el momento decisivo en el que adoptó su controvertido enfoque, desafiando la escena de la música folk de los años 60. La autenticidad en la representación estética es crucial para una película de época ambientada en esa década decisiva, especialmente una centrada en una figura como Dylan, por lo que la cuidadosa selección de lugares y escenarios fue una prioridad para Audouy.
Equilibrar la autenticidad y la creatividad en un mundo completamente desconocido
La película recorre una serie de lugares importantes, como el Hospital Greystone, los bulliciosos bares de Greenwich Village y el Festival Folklórico de Newport. Cada uno de estos escenarios desempeñó un papel fundamental a la hora de convertir a Dylan en el artista que hoy conocemos. Como la trama se basa en acontecimientos históricos, Audouy se enfrentó a la crucial tarea de reflejar fielmente el ambiente de la década de 1960 y, al mismo tiempo, encapsular los desafíos y las experiencias que Dylan enfrentó como músico en ciernes en medio de las ansiedades de la Guerra Fría y las normas conservadoras. Lograr esta visión requirió una delicada combinación de réplicas precisas e interpretaciones creativas.
“Eso es lo que hizo que esta película fuera tan divertida. Había diferentes categorías de decorados, había decorados en los que queríamos que fueran lo más auténticos, lo más reales posible, como recreaciones de los espacios reales, como el apartamento de Bob Dylan, pero también… El estudio A de Columbia Records fue una recreación exacta del espacio, hasta con todos los instrumentos, los micrófonos y la mesa de mezclas. Todo se recreó a la perfección porque es icónico. Es como un espacio alto y sagrado donde se grabaron estos increíbles álbumes. Realmente queríamos que se viera idéntico y que también sonara idéntico porque eran todas grabaciones en vivo.
Y luego había otros espacios que tenían que dar la sensación adecuada. No eran recreaciones exactas, pero tenían que dar la sensación de lo que debió haber sentido Bob al ir a visitar a su ídolo al Hospital Greystone un domingo por la mañana de enero. No había ninguna referencia histórica de esa reunión, por supuesto, pero yo buscaba capturar la sensación de esa institución en la que vivió durante los últimos años de su vida y cómo debió sentirse vivir en ese tipo de condiciones estériles”.
Audouy enfatiza la necesidad de una planificación cuidadosa en el diseño de producción. “Como diseñador de producción, necesitas mucho tiempo para pensar”, afirma. “No se trata solo de tomar un lápiz y dibujar un escenario y construir las paredes. Como he estado haciendo esto durante un tiempo, me he dado cuenta de que gran parte del trabajo consiste en pensar y también en ser sensible a la naturaleza evocativa de los espacios y a lo que se siente al estar en ellos”.
Dada la importancia de lugares como el Estudio A de Columbia Records para los entusiastas de la música, y especialmente para los fanáticos de Bob Dylan, Audouy identifica acertadamente la importancia de lograr una recreación auténtica de estos espacios. Su presencia en la pantalla puede provocar respuestas emocionales profundas en el público, enriqueciendo aún más la experiencia narrativa.
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