La aclamada película Interstellar de Christopher Nolan celebró recientemente su décimo aniversario con un sorprendente relanzamiento en IMAX. Experimentar esta obra maestra de ciencia ficción en 70 mm es verdaderamente transformador, pero también sacó a la luz una relación con matices que antes había pasado por alto: la dinámica contrastante de las interacciones de Cooper con sus hijos, Tom y Murphy.
Ser la menor de tres hermanos y la única hija me ha permitido observar los distintos hilos emocionales que se tejen en el vínculo entre un padre y su hijo, en comparación con el que existe entre un padre y su hija. Mi hermano mayor tiene un padre diferente, lo que añade otra capa de complejidad a nuestra dinámica familiar. Al ver Interstellar , me encontré reflexionando sobre cómo el trato que Cooper le da a Murphy difiere de su enfoque hacia Tom.
Responsabilidades y métodos de comunicación diferenciados
Tom, interpretado por Timothée Chalamet, asume importantes responsabilidades como hermano mayor. Su pasión por la agricultura y la confianza que su padre deposita en él dan forma a su relación. Aunque Cooper, interpretado por Matthew McConaughey, nunca sugiere explícitamente que Murphy (Mackenzie Foy) está en desventaja debido a su género, sus interacciones revelan diferencias sutiles en el estilo de comunicación. Como señaló su abuelo, Donald (John Lithgow), Murphy encarna muchos de los rasgos de Cooper.
Si bien las películas suelen explorar la dinámica entre padres e hijos, Interstellar capta de manera única la relación entre un hijo mayor y una hija menor. Tal vez mi mayor conciencia de estos matices se deba a mi experiencia personal, pero sirve como un testimonio notable de la destreza narrativa de Nolan. Ilustra hábilmente cómo un padre como Cooper puede navegar por las complejidades de la paternidad, mientras que la actuación de McConaughey ofrece una profunda comprensión de las motivaciones y la profundidad emocional del personaje.
Una despedida sincera
Uno de los momentos clave de la película se produce cuando Cooper se prepara para embarcarse en una misión a la NASA, sin saber cuándo regresará ni si lo hará o no. Su despedida de Tom es breve: solo un breve abrazo y la promesa de devolverle su camioneta. Este momento encarna el sentido práctico y la resiliencia asociados con su relación, y refleja la comprensión que tiene un adolescente del papel de su padre.
En contraste, la despedida de Murph está cargada de emoción. Si bien algunos podrían interpretar su respuesta como inherentemente femenina, refleja la propia intensidad emocional de Cooper. Su conexión compartida se vuelve claramente evidente cuando ella le lee un mensaje críptico de su aparición fantasmal: «QUÉDATE». Este momento resuena profundamente, ilustrando no solo su vínculo sino también la agitación emocional colectiva que rodea su partida.
Ver esta escena en el cine me hizo llorar, y también anhelar una conexión similar con mi propio padre. La despedida de Murphy y Cooper encapsula una gran profundidad de amor y pérdida, y muestra una visión poco común de la exploración de temas emocionales y relacionales por parte de Nolan.
La maestría de Nolan para crear historias centradas en los personajes
A menudo celebrado por sus grandes narraciones y temas cerebrales, Christopher Nolan ha enfrentado ocasionalmente críticas por la profundidad emocional de las relaciones de sus personajes. Sin embargo, Interstellar sirve como contrapunto a esta noción, demostrando la capacidad de Nolan para crear historias profundamente personales en medio de vastos esfuerzos cósmicos.
Ya sea por las complejidades de la trama o por el peso emocional de ciertas escenas, creo que nunca veré Interstellar sin emocionarme. El viaje de Murphy y Cooper sigue siendo un recordatorio conmovedor de la fuerza de los lazos familiares, que brinda consuelo cuando se necesita una catarsis sincera.
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