
Según se informa, Intel Corporation ha logrado evitar una importante demanda de accionistas que alegaba que la empresa ocultó pérdidas operativas y manipuló sus métricas financieras.
Demanda de accionistas de Intel desestimada por falta de pruebas; los demandantes conservan la opción de enmendar
En un giro decisivo de los acontecimientos, Intel parece haber sorteado un importante obstáculo legal que podría haber complicado aún más sus actuales desafíos. Según un informe de Reuters, la jueza de distrito estadounidense Trina Thompson en San Francisco ha desestimado una demanda iniciada por los accionistas que afirmaban que Intel retrasó la divulgación de 7.000 millones de dólares en pérdidas operativas. La jueza señaló que no había pruebas suficientes para respaldar las acusaciones de los demandantes. Sin embargo, estos tienen la opción de presentar una demanda enmendada si pueden presentar argumentos más convincentes.
Un breve resumen del caso muestra que salió a la luz poco después del informe trimestral de ganancias de Intel, en el que los accionistas acusaron a la empresa de restar importancia “deliberadamente” a los desafíos económicos que enfrentaba, creando así una falsa sensación de seguridad. La demanda apuntaba específicamente al ex director ejecutivo Pat Gelsinger y al entonces director financiero David Zinsner, alegando que la empresa no reveló oportunamente pérdidas sustanciales, lo que hizo creer a los accionistas que Intel Foundry Services (IFS) estaba funcionando satisfactoriamente.

El juez Thompson afirmó que Intel no engañó a sus accionistas con respecto a estas pérdidas, y enfatizó que las dificultades financieras eran parte de un “modelo Foundry” más amplio y no estaban aisladas del sector específico centrado en la producción de chips para clientes externos. Además, se determinó que la perspectiva optimista expresada por Gelsinger sobre el progreso de IFS con los socios no tenía una intención engañosa, ya que se refería a asociaciones específicas y no al desempeño de la división en su conjunto.
Aunque las ramificaciones inmediatas de la demanda pueden resolverse, las consecuencias de esta situación han tenido efectos tangibles en la situación financiera de Intel. Después de este litigio, la capitalización de mercado de la empresa cayó un asombroso 26%, lo que equivale a más de 32 mil millones de dólares en valor perdido. Desde entonces, Intel ha enfrentado desafíos constantes para recuperar su posición en el mercado. Si bien hay un optimismo cauteloso con respecto al futuro prospectivo de Intel bajo la actual administración estadounidense, las incertidumbres persisten, en particular a medida que competidores como TSMC ganan una posición más fuerte en el mercado estadounidense.
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