No es raro experimentar pensamientos rumiantes. Sin embargo, puede ser una experiencia muy desagradable pasar por una espiral de pensamientos aparentemente interminable. Una experiencia o evento puede desencadenarlos. Nuestro cerebro es una máquina y estos pensamientos son a menudo el subproducto de los múltiples procesos en los que trabaja nuestro cerebro.
Nuestro cerebro, como cualquier otro órgano del cuerpo, también necesita descanso. Cuando comenzamos a girar en espiral, puede entrar en modo de anulación, creando una presión indebida sobre él. Estos pensamientos pueden interferir con su trabajo y sus conversaciones personales, e incluso pueden surgir durante reuniones importantes. Si trabajas en la rumiación, podrás encontrar más control sobre tus pensamientos.
¿Cómo dejar de rumiar pensamientos?
Si alguna vez ha sentido: «¡Siempre estoy dando vueltas!», no está solo. Si los pensamientos rumiantes no se controlan, a menudo forman un bucle de pensamiento negativo. Esto significa que queda atrapado en un espacio que lo aleja de sus seres queridos y actúa como un obstáculo para su trabajo.
La buena noticia es que puedes trabajar para reflexionar con o sin un profesional. Aquí hay algunas cosas que pueden ayudarlo a regular sus pensamientos.
1.Atención plena
Las Prácticas de Mindfulness son una poderosa herramienta para lograr el control sobre tus pensamientos y sentimientos. A menudo malinterpretamos la atención plena como una práctica sólo para personas «súper serias». Mindfulness puede ser para cualquier persona interesada en los beneficios científicos de trabajar su atención y control consciente. Cuando nos volvemos conscientes, no vemos que todos los pensamientos se imponen sobre nosotros.
2. Mentalidad de crecimiento
Fomentar una mentalidad de crecimiento personal es la clave para abordar diferentes formas de reflexionar. Aprenda a aceptar los desafíos a medida que se presenten, porque son caminos hacia el desarrollo personal. El cambio de perspectiva es una forma simple pero profunda de ver las cosas, ya que te permite buscar soluciones en lugar de problemas. Esto te ayuda a controlar tus pensamientos, en lugar de que ellos te controlen a ti.
3. Tiempo de preocupación
Los pensamientos reflexivos pueden consumir tu tiempo. Puede que no lo notes de inmediato, pero a la larga, tus pensamientos pueden interferir con varias áreas de tu vida. Pensar demasiado influye significativamente en los patrones de sueño. Casi parece que tus pensamientos no te permiten dormir.
Al establecer un tiempo de preocupación, asignas la atención a estos pensamientos intrusivos. Sin embargo, debes asegurarte de que estos pensamientos reciban atención sólo durante este momento difícil. Esto puede ser difícil, pero con la práctica te acostumbrarás.
4. Ayuda profesional
A veces, la reflexión puede ser indicativa de un problema subyacente más grave. Por ejemplo, es muy común que las personas con depresión pasen horas sintiéndose desesperanzadas e impotentes. Pueden experimentar pensamientos vertiginosos sobre sí mismos, sus relaciones y el mundo. En tales casos, podría ser aconsejable buscar consulta profesional.
El proceso de superar los efectos de la rumiación lleva su propio tiempo. Buscar cualquier forma de asistencia profesional es una buena opción a considerar. Los expertos en salud mental pueden ofrecer estrategias específicas para apoyar y abordar su situación actual. Romper los grilletes que te atan al ciclo de pensamientos rumiantes es un viaje a través de un terreno accidentado, que conduce a una mente más tranquila y equilibrada.
Janvi Kapur es consejero con maestría en psicología aplicada con especialización en psicología clínica.
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