La bigorexia es un tipo de trastorno dismórfico corporal que puede alterar la relación con el cuerpo. Atrás quedaron los días en los que se creía estereotipadamente que sólo las mujeres podían tener preocupaciones sobre su imagen corporal. Desafortunadamente, las redes sociales parecen alimentar problemas angustiosos tanto para hombres como para mujeres.
La bigorexia también se reconoce como dismorfia muscular. Cuando alguien experimenta dismorfia corporal, se concentra obsesivamente en un defecto percibido en su apariencia física. Para algunos, puede ser todo el cuerpo, como en el caso de la bigorexia, para otros, puede limitarse a una parte particular del cuerpo.
A pesar de estar bien formados y en forma, las personas con esta afección pueden concentrarse de manera disfuncional en su sistema muscular.
¿Cómo alimentan las redes sociales la bigorexia?
Es importante tener en cuenta que la bigorexia es un problema de salud grave y no se trata solo de verse en buena forma física y ser musculoso. Es probable que una persona que experimente esta afección note alteraciones en otros aspectos de su vida. Por ejemplo, pueden pasar la mayor parte del tiempo en el gimnasio y ser especialmente conscientes de cómo se ven sus músculos en las redes sociales.
De hecho, las redes sociales pueden influir en el desarrollo de la dismorfia corporal de formas múltiples y sutiles.
1. Estándares corporales poco realistas
Empezamos a aprender sobre nuestros cuerpos a una edad temprana. A los niños a menudo se les enseña a ser masculinos y «fuertes». Todo lo que no sea representativo de esta imagen se considera inapropiado para los hombres. Los cuerpos musculosos son cada vez más celebrados en las redes sociales y se vuelve natural realizar comparaciones sociales.
2. Información selectiva
El impacto de las redes sociales en la salud mental a menudo puede ser generalizado. Desafortunadamente, las fotos que vemos a veces pueden ser demasiado buenas para ser verdad. La mayoría de las personas quieren mostrar lo mejor de sí mismas en Internet, lo que nos expone a partes selectivas de sus vidas.
3. Información excesiva
Hoy en día, estamos cargados de información. Los niños pequeños están expuestos a todo tipo de rutinas de gimnasio, planes de alimentación y videos motivadores para que luzcan musculosos. Nuevamente, mucha información en Internet también puede ser útil, pero ¿podemos filtrar la información que sea buena para nosotros?
4. Presión de grupo
Otro factor común pero influyente en el desarrollo de problemas de imagen corporal es la presión de grupo. Puede haber una presión obvia por parte de los amigos para lucir bien, pero esto puede afectar significativamente su salud emocional. ¡La exigencia de tener músculos perfectos puede ser abrumadora!
Si bien las redes sociales siempre serán valiosas para la conexión, también tienen un lado oscuro. Las personas con bigorexia pueden experimentar una crisis de identidad y pasar la mayor parte del tiempo pensando en sus defectos. Al trabajar con un profesional, puede avanzar hacia la adopción de una visión equilibrada del fitness. Además, puedes construir una relación más positiva contigo mismo y con tu cuerpo.
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