Muchos de nosotros trabajamos por el bienestar de los demás. Al cuidar de los demás, es importante conocer las diferencias entre la fatiga por compasión y el agotamiento. Si bien se encuentran en el mismo espectro de sensación de cansancio y agotamiento emocional, no son lo mismo. Puedes ser cuidador, tanto a nivel personal como profesional. Cuidar es noble pero, al mismo tiempo, puede quitarte pedazos de ti de forma lenta y constante.
Para usar una analogía, cuidar es como beber de una taza llena de pensamientos y emociones positivas. Sin embargo, ¿qué sucede cuando tu taza se vacía y continúas sirviendo de ella? Conduce al agotamiento emocional.
¿Cuáles son las principales diferencias entre la fatiga por compasión y el agotamiento?
Cuando piensa en el agotamiento del cuidador frente a la fatiga por compasión, ¿a cuál cree que puede ser propenso? La fatiga por compasión se caracteriza por el agotamiento emocional. A menudo se observa en profesionales médicos y de salud mental, personal asociado y personas con familiares diagnosticados con disfunciones físicas o mentales graves. Esto puede ejercer una inmensa presión sobre su salud emocional.
Uno de los signos más comunes de fatiga por compasión es una sensación de desapego emocional y falta de empatía. Es posible que de repente te encuentres con dificultades para comprender la preocupación de la otra persona e incluso que te sientas nervioso al interactuar con ella.
El Agotamiento del cuidador, por otro lado, afecta su salud física, emocional y cognitiva. Los efectos son más generalizados y puedes notarlos tanto en el ámbito personal como profesional de tu vida.
Desafortunadamente, el agotamiento puede hacerte vulnerable a otras condiciones de salud física y mental. Parece que al comparar la fatiga por compasión con el agotamiento, este último puede tener un mayor impacto en su bienestar.
Consejos rápidos para gestionar la fatiga por compasión frente al agotamiento
Ahora que conoces la diferencia entre agotamiento y fatiga por compasión, es clave saber qué puedes hacer al respecto. El tratamiento para la fatiga por compasión y el síndrome de agotamiento es multifacético. Sin embargo, existen algunos consejos rápidos que puedes incorporar tan pronto como notes los síntomas.
- Reduzca la velocidad y tómese un descanso: puede llevar tiempo y descanso activo hacer frente a la fatiga o el agotamiento. Es posible que unas pocas horas de descanso no sean suficientes si sus síntomas son graves.
- Busque apoyo: Las profesiones de cuidado y cuidado de un miembro de la familia pueden resultar aislantes. Cuando decides buscar ayuda, compartes la responsabilidad en lugar de cargar con la carga tú solo.
- Establecer límites: Establecer límites va más allá de decir no. Es reconocer que tienes atención de salud mental a la que prestar atención y cuidar.
- Autocuidado: Cuidarse a sí mismo puede incluir varios aspectos y depende de usted cómo quiere cuidar su cuerpo y su mente. ¡Asegúrate de comer con regularidad, descansar lo suficiente y tomar un poco de sol!
Ya sea que esté experimentando fatiga por compasión o agotamiento, es un indicador de que debe reducir la velocidad. Recuerda que aunque ser compasivo con los demás es noble, ser compasivo contigo mismo es necesario. A menos que usted no dé un paso al frente para cuidarse a sí mismo, puede resultarle difícil hacerlo por los demás.
Janvi Kapur es consejero con maestría en psicología aplicada con especialización en psicología clínica.
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