
La evolución de la inteligencia artificial (IA) ha sido notablemente rápida en 2023, lo que ha obligado a muchas empresas tecnológicas a reevaluar sus estructuras operativas. En medio de esta transformación, ha surgido una tendencia preocupante: despidos significativos a medida que las organizaciones priorizan las inversiones en IA. Google no es ajeno a esta tendencia; recientemente ha sido noticia por despedir a cientos de trabajadores de IA, al tiempo que buscaba mejorar sus innovaciones en IA, como Gemini y AI Overviews. Esta decisión se produce en medio de un creciente escrutinio sobre las prácticas laborales y el bienestar de los empleados.
Trabajadores de inteligencia artificial de Google despedidos en medio de crecientes preocupaciones sobre derechos laborales
En su búsqueda del liderazgo en el panorama de la inteligencia artificial, Google se enfrenta a críticas principalmente por el trato a sus recursos humanos, más que por sus avances tecnológicos. Informes recientes de Wired indican que más de 200 contratistas asociados con las iniciativas de IA de Google, incluyendo a quienes apoyaban Gemini y AI Overviews, fueron despedidos en agosto sin previo aviso. Estos contratistas fueron fundamentales para el desarrollo de la IA de Google; sin embargo, su despido abrupto genera preocupación sobre las prácticas laborales de la empresa.
Estos contratistas tenían responsabilidades cruciales, como evaluar las respuestas de la IA, editar el contenido para mayor claridad, proporcionar calificaciones y brindar retroalimentación para garantizar el rendimiento óptimo de los sistemas de IA. A pesar de sus funciones esenciales, muchos de estos trabajadores experimentaban marcadas disparidades salariales. Por ejemplo, los «superevaluadores» contratados a través de GlobalLogic ganaban entre $28 y $32 por hora, mientras que otros contratistas que realizaban tareas similares ganaban tan solo entre $18 y $22 por hora. Numerosos empleados expresaron su preocupación por la seguridad laboral y la falta de acceso a beneficios esenciales.
A medida que aumentaban las tensiones debido a la insatisfacción con estas condiciones laborales, algunos empleados comenzaron a considerar la sindicalización. Sin embargo, la respuesta de la gerencia fue poco receptiva, con informes de advertencias emitidas a quienes discutían problemas laborales en redes sociales. Poco después, comenzaron los despidos sistemáticos, y cuando un empleado preguntaba por los motivos de su despido, recibía información vaga, citando la reducción gradual del proyecto. Muchos miembros del equipo informaron que se les asignaban tareas irrazonables dentro de los plazos establecidos, lo que contribuía a un mayor nivel de estrés.
Aunque Google se ha distanciado de la responsabilidad directa, afirmando que la supervisión de las condiciones laborales diarias recae en contratistas y subcontratistas, los trabajadores siguen desilusionados. Muchos creen que las políticas existentes son insuficientes para proteger su bienestar. Estos recientes despidos acentúan una preocupación más amplia en el sector de la IA: el impulso hacia la automatización depende cada vez más de la mano de obra humana infravalorada, a pesar del impulso hacia sistemas de IA más sofisticados y autosuficientes.
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