El huésped invisible , conocida como Contratiempo , es un cautivador thriller de misterio de 2016 que desafía magistralmente las percepciones del público sobre la verdad y el engaño. Dirigida por Oriol Paulo, esta película cuenta con actuaciones destacadas de Mario Casas y Ana Wagener. Inicialmente tuvo un éxito moderado en España, pero desde entonces ha ganado terreno en la escena internacional, lo que dio lugar a seis remakes en varios idiomas desde su primer lanzamiento.
La historia se desarrolla con el empresario Adrián Doria (Casas), quien se encuentra en una situación precaria luego de ser arrestado por el asesinato de su amante, Laura Vidal (Bárbara Lennie). Después de ser liberado bajo fianza, se enfrenta a una realidad desalentadora: fue descubierto inconsciente en una habitación de hotel junto a Laura, con evidencia que sugiere un crimen. El misterio se profundiza cuando un testigo potencial amenaza con implicarlo en el asesinato. Actuando rápidamente, el abogado de Adrián recluta la experiencia de una abogada externa, Virginia Goodman (Wagener), quien exige total transparencia por parte de Adrián para construir su defensa .
Virginia interviene en defensa de Adrián
Virginia aconseja a Adrián fabricar una narrativa
Mientras Virginia analiza el relato de Adrián sobre los hechos que llevaron al asesinato, evalúa la situación y le aconseja sobre los pasos a seguir para evadir la cárcel. Le sugiere que afirme que vio el rostro de su secuestrador, una táctica diseñada para desviar las sospechas. Curiosamente, Adrián permanece imperturbable cuando Virginia revela que conoce la identidad de esta misteriosa figura. Esta figura resulta ser Tomás Garrido (José Coronado), cuyo hijo Daniel (Iñigo Gastesi) fue asesinado accidentalmente por Adrián y Laura en un accidente de atropello y fuga. Este evento crucial sirve como catalizador que enciende una grieta en su relación, insinuando una corriente subyacente más oscura que sugiere la culpabilidad de Adrián en la muerte de Laura.
En un intento de manipular la narrativa, Virginia propone enmarcar a Tomás como el asesino de Laura , dando a entender que la legítima defensa de Adrián podría resonar en el jurado, incluso si sus afirmaciones carecen de respaldo fáctico.
Virginia va más allá y urde un plan para plantar pruebas (en concreto, algunas de las pertenencias personales de Laura) en el coche de Daniel, con el fin de trasladar la culpabilidad a ella. Sin embargo, Adrián expresa sus preocupaciones: Daniel estaba vivo cuando arrojó su cuerpo a un lago y una autopsia podría revelar fácilmente la verdad. Tras un exhaustivo intercambio, Virginia comparte su evaluación honesta del relato de Adrián.
La oscura verdad detrás del asesinato de Laura
La imprudencia de Laura podría significar la perdición para ambos
Las sospechas de Virginia la llevan a creer que Adrián, de hecho, no está siendo del todo sincero, especialmente en lo que respecta al personaje de Laura. Argumenta que puede estar representándola como una femme fatale para eximirse de responsabilidad, pero su instinto la lleva a creer que Tomás es en realidad el autor de la muerte de Laura. La esposa de Tomás, Elvira, que también es la madre de Daniel, trabajaba en el hotel donde se desarrolló la tragedia, lo que sugiere un posible motivo para que él atacara a Adrián y eliminara a Laura.
Sin embargo, la historia da un giro impactante cuando Adrián le confiesa a Virginia, con la seguridad de que está protegido por el privilegio abogado-cliente, que él mismo orquestó todo el escenario y que, de hecho, mató a Laura. Después del incidente fatal con Daniel, las acciones de Laura (quedarse con su billetera y malversar sus fondos) provocaron los temores de Adrián sobre su situación. Ante la certeza de que Laura podría exponerlos a ambos, Adrián toma la desgarradora decisión de que su muerte es su única opción.
Se revela la verdadera identidad de Virginia
Elvira Captures Adrián’s Confession
Mientras Adrián revela esta impactante revelación, Virginia le revela que sabe que Tomás los vigila a ambos. Le indica a Adrián que se fije en un apartamento al otro lado de la calle, donde puede ver a Tomás observándolo. Adrián, aliviado de que Virginia parezca tener las respuestas que necesita, empieza a bajar la guardia. En ese momento, recibe una llamada de Félix (Francesc Orella), su otro abogado, que le provoca una extraña sensación: un agudo zumbido en los oídos.
De repente, se da cuenta de que sus palabras han sido grabadas. Al mirar hacia el otro lado de la calle, observa con horror cómo la que supuso que era Virginia se quita el disfraz y se revela como Elvira. Justo cuando se prepara para exponer su confesión a Tomás, la verdadera Virginia toca a la puerta, dispuesta a hablar sobre su caso.
Descifrando el final de El huésped invisible
El efecto dominó de las acciones de Adrián
El huésped invisible teje una intrincada red de ambigüedad moral, centrada principalmente en el personaje engañoso de Adrián. Desde su introducción, la fiabilidad de Adrián como narrador flaquea, revelando a un hombre arraigado en las mentiras y el autoengaño. Sus falsedades no solo engañan a quienes lo rodean, sino que también los obligan a cuestionar sus propios estándares éticos. Incluso Laura, que lo acompaña en el crimen, recurre al robo a medida que la situación se descontrola.
Aunque Tomás y Elvira encarnan inicialmente la inocencia, sus interacciones con Adrián los llevan a un mundo de engaños mientras buscan justicia para su hijo. La ironía radica en el hecho de que, si bien sus motivaciones son encomiables, las maquinaciones de Adrián los empujan a comprometer su integridad. El huésped invisible ilustra así cómo la corrupción de un individuo puede manchar la moralidad de todos los que lo rodean, dejando una impresión duradera de dolor y ansiedad.
Deja una respuesta