
Repensando la función del menú Inicio en Windows 11
Recientemente, compartí mi perspectiva sobre por qué Windows 11 aún no me convence para convertirlo en mi sistema operativo principal, a pesar de que lleva disponible casi cuatro años. Un punto central de mi argumento fue el menú Inicio rediseñado, un aspecto icónico de Windows que ha experimentado un cambio significativo, pero que rara vez uso.
¿Es esencial el menú Inicio?
Esta constatación me llevó a cuestionar la verdadera importancia del menú Inicio en mi experiencia diaria con Windows. Es un elemento esencial del entorno Windows, pero no recuerdo la última vez que navegué por su contenido. La palabra *”usado” * es especialmente significativa en este caso. Si bien es cierto que accedo al menú Inicio habitualmente haciendo clic en el icono de Windows o presionando la tecla Windows, no lo considero un uso real para los fines de mi análisis.
Búsqueda de Windows: una alternativa más rápida
En la práctica, utilizo el menú Inicio varias veces al día, principalmente para acceder a la Búsqueda de Windows, en lugar de para consultar las listas de aplicaciones, carpetas o archivos abiertos recientemente. Por ejemplo, si necesito abrir Power BI, evito el menú Inicio simplemente presionando la tecla Windows y escribiendo «Po…» para abrir la aplicación, y presiono Intro en cuanto aparece en pantalla. Lo mismo ocurre cuando quiero acceder a un archivo como «Gifts.xlsx»; escribo «Gi…» y lo selecciono al instante.
Este método resulta mucho más rápido y elimina la necesidad de recurrir a la memoria, especialmente a medida que aumenta el número de aplicaciones instaladas. Windows Search simplifica eficazmente la localización de aplicaciones, liberando a los usuarios de la engorrosa tarea de recordar dónde está anclado o agrupado cada programa.
Minimizar las distracciones
Además, usar el menú Inicio puede distraerme sin darme cuenta de mis tareas actuales. Por ejemplo, cuando uso Word y quiero cambiar a PowerPoint, la posible distracción de navegar por el menú Inicio para encontrar el icono de PowerPoint puede interrumpir mi flujo de trabajo. En cambio, con un par de teclas puedo acceder a PowerPoint de forma rápida y sencilla.

El caso de las aplicaciones de fijación
Quiero aclarar que no me opongo a anclar las aplicaciones de uso frecuente ni los archivos a los que he accedido recientemente; sin embargo, la barra de tareas y el escritorio ya solucionan esta necesidad eficazmente. La barra de tareas muestra mi software más esencial, mientras que el escritorio sirve para aplicaciones y archivos secundarios. Aunque muchos usuarios han expresado sus dudas sobre la Búsqueda de Windows, se adapta perfectamente a mis hábitos de uso.
La relevancia disminuida del menú Inicio
Actualmente, mi interacción con el menú Inicio es prácticamente nula. A pesar de ser un tema candente cada vez que Microsoft modifica esta función, me siento indiferente a las discusiones en torno a ella. Aunque el uso tradicional del menú Inicio ya no me resulta relevante, me pregunto cuántos más comparten mi opinión. Mis evaluaciones son anecdóticas, pero agradecería información sobre los datos de telemetría que Microsoft recopila sobre el uso del menú Inicio.
Dada la frecuencia de los cambios en el menú Inicio y los debates resultantes, reconozco que puedo representar una opinión minoritaria. Sin embargo, no me imagino volver a la memoria muscular ni a una matriz fija de iconos cuando puedo realizar mis tareas con solo pulsar unas pocas teclas.
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