
Tras los enérgicos esfuerzos de Estados Unidos por mejorar su capacidad de fabricación de chips, Europa se prepara para iniciativas similares. El presidente francés, Emmanuel Macron, está especialmente interesado en atraer a gigantes tecnológicos como TSMC y Samsung para que establezcan instalaciones de producción de semiconductores de vanguardia en Francia.
El presidente Macron aboga por la producción nacional de semiconductores para garantizar la seguridad del suministro.
A medida que el panorama global de semiconductores continúa transformándose, las naciones priorizan cada vez más la producción local de chips. Esta tendencia se inició notablemente durante la administración del presidente Trump, que priorizó la fabricación de chips en materia de seguridad nacional y, posteriormente, atrajo importantes inversiones de empresas como TSMC. Durante la reciente conferencia VivaTech, el presidente Macron expresó la urgente necesidad de que Francia desarrolle su propio suministro de semiconductores avanzados, enfatizando que lograr la autosuficiencia se ha vuelto imperativo.
Durante una mesa redonda, Macron subrayó el papel crucial que desempeñan los semiconductores en la economía global. Expresó su firme deseo de establecer capacidades de producción para nodos de vanguardia de 2 nm a 10 nm. Sin embargo, dados los recursos existentes en Francia, es probable que un socio extranjero necesite asistencia para establecer estas instalaciones. La estrategia de Macron se centra en persuadir a líderes de la industria como TSMC y Samsung para que inviertan en el mercado francés, destacando el compromiso de Europa de reducir la dependencia de proveedores externos de chips, al tiempo que plantea dudas sobre la viabilidad de estos esfuerzos.

Previamente, Europa albergaba grandes expectativas sobre el acceso a chips avanzados tras el anuncio de TSMC de un proyecto sustancial en Alemania, financiado con fondos gubernamentales. Sin embargo, han comenzado a surgir inquietudes sobre el plazo para la puesta en marcha de las instalaciones alemanas de TSMC. Además, muchos países europeos, incluida Francia, se han centrado principalmente en nodos de fabricación maduros, como el de 16 nm, destinados especialmente al sector automotriz. En consecuencia, la probabilidad de que TSMC y Samsung establezcan plantas de fabricación en Francia parece reducida.
No obstante, a medida que la dinámica global desplaza la capacidad de producción de Este a Oeste, es vital que Europa cultive una fuente fiable de semiconductores. Depender de las importaciones estadounidenses podría generar mayores costos debido a posibles aranceles. Además, sin producción autóctona, existe el riesgo de que países como China ganen influencia al convertirse en un proveedor principal de chips para la región, lo que complicaría aún más las aspiraciones de Europa de independencia en la producción de semiconductores.
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