
Intel está experimentando una importante «fuga de talentos», con notables salidas no sólo en puestos de nivel inicial, sino también entre ejecutivos clave involucrados en las instalaciones fundamentales de la compañía en Ohio.
Salida de un cabildero de Intel en medio de retrasos en el proyecto Fab de Ohio
La empresa, a menudo conocida como Team Blue, ha estado lidiando con una situación económica débil en los últimos trimestres. Esta recesión se ha atribuido a múltiples factores, incluyendo el bajo rendimiento de su división de fundición, que no ha cumplido con las expectativas del sector. Un informe reciente de Columbus Business First revela que varias figuras destacadas relacionadas con el proyecto Ohio One de Intel han abandonado la organización. Entre ellas se encuentra Kevin Hoggatt, identificado como un cabildero crucial para el proyecto.
Hoggatt ha sido fundamental en la gestión de las relaciones gubernamentales de Intel. En un anuncio en LinkedIn sobre su salida, reflexionó sobre su importante participación, incluyendo su asistencia a la ceremonia de colocación de la primera piedra de la planta Ohio One junto al presidente Biden. Además, Hoggatt estuvo presente con David Zinsner, codirector ejecutivo interino de Intel, durante la toma de posesión del presidente Trump, destacando su papel en el fomento de las relaciones de colaboración con diversas administraciones estadounidenses.

Además de Hoggatt, otras salidas notables incluyen la de Toby Starr, gerente de asuntos públicos, y figuras clave del proyecto como el gerente de obra, Sanjay Patel, y el gerente sénior de programas, Tom Marshall. Es especialmente preocupante que hayan transcurrido tres años desde el anuncio de la fábrica Ohio One, aunque haya pocos indicios de un plazo para el inicio de la producción de procesos de alta gama. Este retraso pone de relieve cómo los continuos desafíos económicos de Intel están afectando las ambiciones de la compañía en la fabricación de chips.
Las proyecciones actuales sugieren que la fábrica de Ohio podría no estar operativa hasta 2031. Además, las instalaciones de Intel en Oregón también enfrentan desafíos, como despidos masivos y reducciones de inversión. En este momento, el enfoque principal de Intel es mitigar las pérdidas operativas y asegurar que los proyectos en curso generen retornos sustanciales, relegando sus iniciativas de fabricación de chips en EE. UU.a un segundo plano.
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