
Si bien la política comercial actualizada del expresidente Trump presenta ciertas ventajas, es poco probable que incentive a las empresas de semiconductores a establecer operaciones en Estados Unidos debido a los aumentos previstos en los gastos de adquisición de equipos.
Desafíos para los fabricantes de chips ante los nuevos aranceles de Trump
El panorama de la fabricación de chips en Estados Unidos plantea importantes desafíos, especialmente para empresas extranjeras como TSMC. Entre los factores que contribuyen a ello se incluyen un mercado local subdesarrollado, elevados costes operativos y políticas incongruentes. A pesar del objetivo de Trump de revitalizar la industria manufacturera estadounidense mediante aranceles, los recientes ajustes podrían, de hecho, desalentar la inversión extranjera. Según un informe de SemiAnalysis, los costes de fabricación de los nodos de semiconductores en EE. UU.podrían aumentar hasta un 32 % en comparación con Taiwán, lo que situaría los chips producidos en EE. UU.a un precio superior.
El considerable aumento del coste de establecer plantas de fabricación es consecuencia directa de los aranceles de Trump, que han inflado el precio de equipos esenciales para la fabricación de chips. Por ejemplo, la adquisición de escáneres EUV de última generación se ha encarecido un 15 %, lo que indica que las políticas actuales no favorecen las ambiciones de la industria estadounidense de semiconductores. Si estos aumentos de costes se trasladan al consumidor, un incremento del 32 % en el precio final de las obleas podría hacer que la fabricación en Taiwán sea considerablemente más económica, incluso con los aranceles vigentes.

Por el contrario, empresas nacionales como Intel Foundry podrían encontrar un resquicio de esperanza en estas circunstancias. Los aranceles podrían permitirles ofrecer precios competitivos para chips de origen estadounidense, atrayendo a empresas como Apple y NVIDIA, que de otro modo podrían recurrir a TSMC. Sin embargo, la trayectoria actual de los avances de Intel en chips genera preocupación; sin un progreso significativo, las empresas que necesitan fabricar en EE. UU.podrían seguir dependiendo de importaciones costosas, lo que refleja un panorama desfavorable para el sector estadounidense de chips tras estos aranceles.
Trump ha sugerido que la expansión de TSMC en territorio estadounidense se debió a la amenaza de imponer un arancel del 100 %.Si bien los compromisos de TSMC con EE. UU.pueden parecer prometedores, la política comercial vigente genera ambigüedad respecto a las intenciones estratégicas de la administración. A medida que las tensiones geopolíticas tensionan la cadena de suministro, es probable que las repercusiones se transmitan al consumidor promedio, quien asumirá la carga de estos mayores costos.
Deja una respuesta