‘The Running Man’ de Edgar Wright podría ser más relevante ahora que nunca

‘The Running Man’ de Edgar Wright podría ser más relevante ahora que nunca

Inmerso actualmente en la cautivadora narrativa de The Running Man, no puedo evitar imaginar la dirección creativa que Edgar Wright y Michael Bacall podrían tomar con la historia de Stephen King. Hay un capítulo en particular que resuena con fuerza en el contexto actual, lo que lo hace especialmente relevante.

En la última parte de la novela, encontramos a Ben Richards —interpretado por Glen Powell en la próxima película— solo y vestido con un hábito sacerdotal tras una dramática huida de Boston, donde una familia generosa lo ayudó a sobrevivir. Este intenso momento de soledad ofrece una profunda comprensión del carácter de Richards.

El capítulo titulado «…Menos 056 y contando…» revela la tierna historia de cómo Richards conoció a su esposa, Sheila (interpretada por Jayme Lawson).Su profundo amor y las dificultades del trabajo de Richards como «limpiaparabrisas» crean barreras para la vida familiar. Cuando finalmente conciben, su sincera admiración por su hija Cathy se hace patente, provocando lágrimas y una profunda emoción en quien lo lee.

A lo largo de este viaje, los lectores experimentan la ira de Richards: un hombre amargado por la sociedad que arremete, hace comentarios prejuiciosos y se aprovecha de su imagen para enriquecer a sus seres queridos. Sin embargo, este capítulo ilustra conmovedoramente los desafíos sistémicos que agravaron la ya difícil vida de Richards.

Tras perder a sus padres y a su hermano, se afana en un trabajo peligroso, anhelando una vida familiar. Sin embargo, la priorización social del trabajo sobre la realización personal acaba por frustrar sus aspiraciones, revelando la severidad con la que juzga a quienes buscan el amor por encima del trabajo.

En general, The Running Man es una crítica mordaz del consumismo y el absurdo de los realities. Este capítulo en particular resume la esencia de los temas más generales de la narrativa.

Un voto de confianza en Edgar Wright y Michael Bacall

Edgar Wright es conocido por sus narrativas divertidas y, en ocasiones, surrealistas, a menudo cargadas de significados más profundos. Su película Last Night in Soho lo ilustra, revelando las oscuras hazañas de los hombres a través de las sombras de la vida nocturna londinense, mostrando el auge del empoderamiento cuando una mujer se afirma.

Incluso en comedias tan queridas como Shaun of the Dead, Wright critica la percepción social de los «irresponsables», demostrando su capacidad de alcanzar la grandeza si se les da la oportunidad. Su obra a menudo supera las percepciones iniciales, lo que hace aún más emocionante la colaboración con Bacall en The Running Man.

Aunque admiro las actuaciones de Powell y creo que aportará una interpretación refrescante a Ben Richards, esta adaptación promete mostrar la visión distintiva de Wright para un público contemporáneo.

The Running Man trasciende el mero entretenimiento o una versión moderna de «El Juego Más Peligroso».Sirve como una mirada crítica a nuestra sociedad, los realities, el capitalismo, la disfunción de nuestros sistemas y más allá. Estoy deseando ver qué nos deparará esta nueva versión cinematográfica de The Running Man.

Y cuando todos se maravillen ante las intrincadas capas tejidas en la película, recuerden: ¡predije esta brillantez!

Fuente e imágenes

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *