
El drama histórico de Brady Cobert, The Brutalist, presenta a los espectadores una narrativa cautivadora a través de su estructura única y sus decisiones artísticas. Desde su estreno a fines de 2024, la película ha obtenido una impresionante calificación del 97% en Rotten Tomatoes, un testimonio de su aclamación crítica. Los críticos han elogiado varios elementos, incluida la impresionante cinematografía, la banda sonora evocadora y las poderosas actuaciones, destacando notablemente la interpretación de Adrien Brody de László Tóth, que le valió una nominación al Premio de la Academia. Además, The Brutalist está en la carrera por el prestigioso Oscar a la «Mejor Película».
Sin embargo, un aspecto que puede suponer un reto para algunos espectadores es la considerable duración de la película. Con una duración total de más de tres horas y media, The Brutalist es la película más larga estrenada en 2024. Para adaptarse a esto, la película cuenta con un intermedio entre sus dos actos: “Parte 1: El enigma de la llegada” y “Parte 2: El núcleo duro de la belleza”.Al combinar los dos actos, el intermedio y los avances, los espectadores deberían anticipar pasar casi cuatro horas en el cine. A pesar de la duración, el ritmo y la tensión narrativa de la película, elaborados por expertos, justifican su duración.
Estructura de El Brutalista: Dos actos de igual duración
Dividido en partes y concluyendo con un epílogo





Cada acto de The Brutalist tiene una duración comparable a la de una película independiente. Para ser precisos, la duración total es de 215 minutos, y cada acto dura aproximadamente 100 minutos, junto con un intermedio de 15 minutos. Si la “Primera parte” fuera una película independiente, podría concluir con una nota de optimismo.
Sin embargo, la narrativa cambia significativamente en la “Segunda parte: El núcleo duro de la belleza”, donde la película profundiza en sus momentos más desgarradores. Gran parte del éxito y la alegría presenciados en la “Primera parte” se desenmarañan rápidamente, ilustrando cómo el sueño americano puede flaquear. El epílogo, “Epílogo: La primera Bienal de Arquitectura”, agrega más profundidad a la narrativa y recontextualiza los actos anteriores y enriquece el tejido temático de The Brutalist. En consecuencia, el segundo acto es un poco más corto que el primero, pero igualmente impactante.
El imprescindible intermedio de 15 minutos del brutalista
Un descanso perfecto para la reflexión

Dada la extensa duración de los dos actos, el intermedio de 15 minutos sirve como una pausa necesaria y una oportunidad para la contemplación. Este descanso ocurre en un momento crucial cuando Erzsébet descubre la documentación que le permitiría a ella y a Zsófia emigrar a los Estados Unidos: una conmovedora fotografía de boda en la que aparecen ella y László. Durante el intermedio, esta fotografía, junto con un cronómetro, adorna la pantalla, incitando al público a reflexionar sobre la esencia de la felicidad para los Tóth. Este intervalo no solo anima a los asistentes a estirarse y refrescarse, sino que también prepara el escenario para la “Parte 2”, donde tanto los espectadores como László deben enfrentar el status quo en desintegración establecido en la “Parte Uno”.
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